Quienes
están moralmente huecos nos obligan a sufrir eternamente por los que consideran
suyos, mientras humillan a las vÍctimas de las que son responsables.
Nos
han impuesto la solidaridad con Miguel Ángel Blanco, todo el país, de
izquierdas y de derechas, unido por su asesinato de nuevo tras 20 años.
Forzados por la opinión pública a asistir a los actos en su nombre… porque solo
en su nombre se hacía el acto.
no
eran actos en memoria de cualquier asesinado por el franquismo, ni de cualquier
asesinado por los GAL, ni de cualquier asesinado por los diferentes grupos
terroristas fascistas ya en democracia, ni de cualquier asesinado por los
cuerpos y fuerzas del Estado en la transición… y si nos salimos de ahí ni en
memoria de cualquier mujer asesinada por su pareja, ni homosexual asesinado por
neonazis…. no de nadie más que los que comulgaban con sus ideas.
Solo
él, Miguel Ángel Blanco, este hombre ¿hizo algo más que el resto de asesinados?
Morir. No, el resto lo hizo la sociedad, la sociedad se solidarizó con él, toda
la sociedad salió a la calle a llorar en su nombre, a pedir por él, sin
cuestiones políticas de por medio, sin críticas a la acción del gobierno que
siempre ayudó a mantener la violencia por no querer afrontar ETA como un
problema político, pero a pesar de todo lo que se puede hurgar en la herida la
gente se unió contra la muerte de una persona inocente.
Pero
¿y ellos?, y los que si gozaron de la solidaridad de la sociedad, que la
utilizaron como apoyo a su ideología… Esta gente que hace concentraciones
propias y partidistas en memoria de un asesinado, como tantos otros, pero de
uno en concreto, su amigo, su “martir”, obligan al resto a ser quienes de nuevo
les demos nuestros mejores sentimientos, “porque han pasado 20 años” dicen… y
¿qué?, más han pasado de los asesinados por el franquismo y no les dejan ni
existir, tampoco a los de los Gal, a los de la transición, a los desaparecidos
por la represión del Estado… No, con esos no hay solidaridad que valga, a esos
ellos no les lloran, a esos traidores a “su patria” no se les permite, ni tan
siquiera, un mínimo de respeto, les insultan, humillan, bejan y patalean todo
lo posible para mantenerlos escondidos en las cunetas, sin reconocerles el más
mínimo derecho, ni a sus familias.
Presionan
a la Sra. Carmena a que asista a su acto en memoria de Miguel Ángel, quieren
que de nuevo les llore a sus muertos, los de su ideología, y que ahora se haga
uno por uno, que si no nos despistamos con la corrupción, y así aprovechar la
situación para despreciarla, silbarla, insultarla… otra vez, todo de nuevo.
Pero
cuando es su responsabilidad, cuando ellos, el partido regenerado tras la
dictadura, muestran su vileza, su odio, su falta de la más mínima empatía con
quien ya está sometido y excluido, y estas personas sin moral se permiten el
juego hipócrita de obligarnos a llorar a Miguel Ángel Blanco mientras ellos le
exigen a la familia del fusilado Timoteo Mendieta que se paguen ellos la
exhumación de su muerto, pues es solo suyo, de su familia y quien quiera
pagarlo.
Son
tan ruines que para humillar a la victimas que ellos han causado les piden
hasta los 2000 cochinos euros de su exhumación, no se les ocurre mayor
humillación, algo que jamás harían con Marta del Castillo y su interminable
búsqueda, o con la repatriación de los ayudantes que mandaron a los nazis en la
II Guerra Mundial.
Pero
ellos lo saben, han conseguido algo muy grande, pues Miguel Ángel es de todos,
pero Timoteo no es de nadie. “El pueblo que no conoce su historia está
condenado a repetirla”.
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