Nuestras hermanas ya están hartas de ser asesinadas y de ser humanas de segunda clase. Y han dicho Basta. Basta de andar por la calle acompañada por un vigilante, a esconder la cabeza y el rostro, a ocuparse en exclusiva de las labores domésticas, de los cuidados a enfermos y ancianos, de tener que educar preferentemente, de estar sujeta al capricho de la pareja y estar dispuesta al sexo cuando se le reclama. Basta de ser un objeto útil para el provecho del varón y del patrón y de ser una trabajadora Beta en las empresas y con sueldos beta. Basta de tener miedo a ser violada, asesinada por la pareja despechada o por el criminal de esquina, drogada en un descuido o manoseada en el metro. Basta de Rubiales de antes, de ahora y de Rubialitos de nueva generación de la universidad del porno.
Basta
han dicho, y lo han dicho alto y claro. Porque todo eso o parte de eso es de
total actualidad en todo el mundo de un modo escandaloso. Porque existe una
agresión inadmisible a la mujer en todos
los pueblos de la Tierra con diferentes grados de violencia, utilización y
desprecio, desde Oriente a Occidente, y eso cada vez es más virulento.. Por eso
nuestras hermanas se rebelan, se manifiestan en todas partes y dicen basta.
España,
a través del equipo del Ministerio de Igualdad con Irene Montero a la cabeza
está siendo un referente global de la oposición al patriarcado machista con la
ley del Solo Sí es sí, que tanto ha enfadado a todo macho ibérico genuino con o
sin toga, con o sin banco parlamentario, con o sin partido en la sesión del
copeo del Parlamento popular llamado
Bar, porque ¿qué invento es este de ser iguales? ¿No le iba bien a nuestras
abuelas cuando tenían que pedir permiso al marido para tener una cuenta en el
banco o un pasaporte? Por eso era tan fácil pegarles lo justo sin ser mal
visto, exhibirlas como un trofeo de caza entre machos cazadores o matarlas
porque eran suyas si querían “ ser de otro”, por aquello del derecho sagrado de
propiedad.
Es que el asunto es viejo, es que el machismo viene arrastrándose por siglos, alimentado por dos poderosos padrinos: el patriarcado y la Iglesia, a cual más enemigo de la mujer. En esa corriente existe en España una tradición de lo más rancio, y una desmemoria histórica desde la guerra civil para acá sobre los nombres de mujeres relevantes en diversos campos, especialmente las republicanas y feministas, que se van conociendo a cuentagotas y aún muy lejos de ocupar una página en los libros de las aulas. ¿Quién se acuerda de mencionar el nombre de la republicana María Moliner, autora de un diccionario de la Lengua que no tiene nada que envidiar al de la RAE? ¿ Que escolar podría decir algo sobre la pintora surrealista Maruja Mallo, la actriz María Casares, la escritora María Zambrano, la diputada Clara Campoamor, o quienes eran las “Trece rosas” fusiladas por Franco. Tantas, que harían muy largo este artículo. Muchas, sí. Pero no se encuentran en los libros de niños y jóvenes porque no son modelos de referencia. Lo serán, pero aún falta desbrozar mentes y corazones masculinos.
Es
bueno recordar a los más jóvenes que fascistas parientes de los que hoy
vociferan en nuestro Parlamento para vergüenza de la democracia, fusilaban
mujeres, las violaban salvajemente por ser de izquierdas ellas o sus
maridos, las pelaban al cero, les daban aceite de ricino, las encarcelaban en
lugares siniestros y marcaban sus vidas para siempre, si es que no se las
quitaban. Pero el caso español no es un
caso aislado en que se muestra el
esfuerzo del Sistema patriarcal fanático por hacer callar a las mujeres
feministas, anticapitalistas, y hasta cristianas de espíritu libre, como vimos en tantos
casos.
Por eso, y a medida que van tomando conciencia de tanto desprecio, tanto desmán y tanto crimen, ellas se van rebelando desde Irán para acá, reivindicando estilo de vida y valores propios y opuestos al patriarcado. Y como este se fundamenta en privilegios de clase, la rebelión feminista se convierte en una verdadera revolución que promete alterar el orden capitalista, de ahí que tantos “señoros” y señoritos de capa y espada con derecho de pernada duerman intranquilos en sus propias alcobas a medida que se extiende. Tienen pesadillas imaginando que planchan ropa, hacen camas o barren la casa. Tienen pesadillas imaginando que su mujer les abandona y han de hacer la compra, lavar pañales y desgracias por el estilo. Así que se despiertan con un sudor frío: hay una amenaza en la cocina.
Sabemos
cómo se actúa cuando se tiene poder,
riqueza, prestigio y hasta cultura si eso no va acompañado de principios éticos
y morales. ¿Es necesario recordar cómo actúan los patronos y jefes ante
trabajadores y subordinados,
líderes políticos con militantes de base de sus propios partidos, jefes militares o
policiales con soldados de menor rango especialmente cuando son mujeres?..
Son
muchos los Rubiales de este mundo. Desde futbolistas a empresarios de todo
tipo, desde actores a productores, desde políticos a cantantes de ópera; desde
monitores deportivos a profesores, desde jueces a médicos o policías, y ¿cómo
no? desde curas a obispos.