A
primeros de octubre la dirección del PSOE entraba en Ferraz con el dorsal de un
Comité Federal unánime en el “no es no” al gobierno del PP, y antes de terminar
el mes salía otro PSOE abierto en canal al virar en redondo hacia el “si” a
Mariano Rajoy. Con una triple fractura: orgánica (139 votos favor de abstenerse
frente a 96); territorial (todo el PSC en contra de la investidura) y de
militancia (se ignoraron las más 90.000 firmas recogidas contra el pucherazo de
los barones). Y para más inri, con la protesta de muchos afiliados y
simpatizantes ante la sede en señal de pública repulsa. Parecía que, por obra
de la gestora, el espíritu de la Casa del Pueblo hubiera mutado en Casa
Cuartel, Todo por la Patria.
Al
final, como ya esperábamos y sabíamos casi todos, se consumará la gran
traición. El partido Socialista Obrero Español se abstendrá para que Mariano
Rajoy siga siendo el presidente del gobierno. O lo que es lo mismo. El Partido
Socialista Obrero Español se abstendrá para que nada cambie, para que todo siga
siendo como ha sido hasta ahora. Los que pidieron el voto para luchar contra la
corrupción, para eliminar la LOMCE y la Ley Mordaza, para que ninguna persona
en este país se quedara sin techo (aunque la mitad ya se habían quedado sin él
precisamente por culpa de ellos: aún recuerdo a la ministra Salgado diciendo
que los suelos de las hipotecas daban seguridad al sistema económico español),
los que se vendían a la opinión pública como los únicos que podían parar a una
derecha despiadada y absolutamente deshumanizada, los que, en definitiva, nos
proponían limpiar de mierda este país, los van a ayudar a perpetuarse en el
poder y van a permitir que la mierda siga campando a sus anchas.
En
la introducción al programa electoral con el que el PSOE se presentó a las
elecciones de junio se podía leer el siguiente párrafo.
“Después de cuatro
años de gobierno de la derecha, el cambio es necesario y urgente. Un cambio que
una. Que repare a un país fracturado social y territorialmente. Que reconcilie
a la sociedad con sus instituciones democráticas. Que nos vuelva a encaminar al
diálogo y al acuerdo como forma normal de la política. ”
Cuatro
meses después, todos sabemos que esas palabras no sirven para nada. Este país
volverá a padecer la lacra de un gobierno conservador dirigido por un gran
inepto, Mariano Rajoy Brey. Y todo ello se lo debemos a los hombres y mujeres
del Partido Socialista, el partido que fundó un tipógrafo hace 120 años para
defender los intereses de los trabajadores, de los desfavorecidos, de los
pobres, de los parias de la tierra. Pero ahora, en octubre del año 2016, ese
mismo partido, está más por la labor de defender los intereses de los ricos, de
los del Ibex35, de los que no pagan sus impuestos, o de los que usan las
tarjetas black. Así es la vida.
Con
esta abstención completan definitivamente su viraje a la derecha. A partir de
ahora los socialistas nunca más podrán hablar de socialdemocracia, de
izquierda, de igualdad, o de justicia social. O mejor dicho, podrán hacerlo,
faltaría más. Pero nadie en su sano juicio volverá a creerlos. Nadie confiará
en la palabra de un socialista, porque están demostrando que esa palabra carece
por completo de valor.
No
se equivocan quienes afirman que este domingo 23 de octubre se ha vivido un
momento histórico en la calle Ferraz . Al resolver votar por la abstención los
barones del PSOE han dado un enorme vuelco político ; por primera vez , en su
larga historia partidaria, la élite dirigente entregará la llave del gobierno
al presidente de un partido conservador calificado por instancias policiales
como una organización criminal .
Pero
eso no es todo, ni mucho menos, la decisión del “Susanismo” tendrán
inevitablemente efectos sísmicos porque profundizará la profunda crisis que
vive el Partido y colocará a sus militantes en una grave encrucijada.
A
pesar de los arrestos de independencia de los socialistas catalanes, todo
indica que la inefable Susana Díaz impondrán la disciplina partidaria y los
diputados partidarios del No es NO terminarán bajando la cerviz (pese que sus
votos superaron el 40 por ciento del Comité Federal).
Al
fin y al cabo, la mayoría de estos diputados necesitan sus cupos parlamentarios
para sobrevivir políticamente : o por lo menos eso creen.
La
siguiente historia puede demostrar que la cobardía política muy pocas veces da
beneficios; ocurrió allá por el año 1952 en un pequeño país - ubicado en el
culo del mundo- cuando un socialista llamado Salvador Allende se atrevió a
saltar la disciplina de su partido.
En
esa época el Partido Socialista de Chile decidió apoyar en las elecciones
presidenciales a un ex-militar populista y de centro derecha , el general
Carlos Ibáñez del Campo; el entonces senador Salvador Allende se resistió
acatar esta resolución que calificó de oportunista y falta de principios.
Fue
un momento difícil; había que dividir el partido que ayudó a fundar, pero el
Doctor Allende se atrevió y dio el salto, cruzó el Rubicón. Se fue del Partido
Socialista oficial, formó el Partido Socialista Popular, se unió a otras
fuerzas de izquierda y se presentó a las elecciones como candidato a
Presidente. Obtuvo un magro 5,4 por ciento, pero logró levantar una alternativa
contra la oligarquía criolla. En las siguientes elecciones perdió por solo 10
mil votos la presidencia de la República que finalmente ganó el 4 de Septiembre
de 1970: su triunfo fue producto de la perseverancia, honestidad y consecuencia
política.
Visto
lo visto, los diputados socialistas del NO la tendrán muy difícil de ahora en
adelante. La abstención del “Susanismo” no solo implica que gobierne Rajoy
también involucra votar a favor de los presupuestos generales y la consiguiente
política de recortes impuesta por Bruselas.
Por
tanto, son farisaicos aquellos que argumentan que harán una oposición dura a
Rajoy . En España el presidente del gobierno tiene la potestad de llamar a
elecciones cuando estime conveniente.
Este
puro hecho coloca una espada de Damocles al PSOE, porque si Rajoy ve que sus
leyes no son aprobadas, tardará muy poco en llamar a nuevos comicios dejando al
PSOE en una posición irrelevante.
No
nos engañemos, la resolución del Comité Federal es una rendición en toda regla.
Es el primer paso para un gobierno que en la práctica será un “gobierno de gran
coalición del PP, PSOE y Ciudadanos” .
Después
de mucho juego de media cancha el equipo del IBEX 35 ganó por goleada, lo que
pasó es que el maletín y las puertas giratorias se pasearon por los camarines
de un equipo contrincante que dejó la portería descubierta.
¿En
estas circunstancias que pueden hacer militantes y dirigentes de base del
Partido Socialista Obrero Español? Parece que a esta altura del partido las
explicaciones torticeras ya no valen para los votantes. Se acerca la hora de
las definiciones.
¿Serán
capaces los socialistas españoles de dar el salto que dio en su momento
Salvador Allende? No lo sabemos, tampoco sabemos si existe el coraje político
de Allende en algún dirigente importante español.
Que
les quede muy claro a todos los socialistas que el próximo fin de semana,
cuando con su abstención cobarde y mentirosa, sus diputados permitan que
Mariano Rajoy pueda volver a formar gobierno, estarán dando un sí como una
catedral a la corrupción, a la desigualdad, a la injusticia social, a la
mentira y al dolor de varios millones de personas que han sufrido el shock
neoliberal de los últimos años.
Que
les quede muy claro: el pueblo español no les perdonará jamás esta
trascendental traición.
Sin
embargo , también creo que está cerca el día que la militancia recupere la
dignidad socialista, esa dignidad inquebrantable, del obrero tipógrafo que
fundó el partido.