Hugo Chávez ha fallecido en su tierra,
arropado por millones de compatriotas y con la tranquilidad de haber sido
artífice del mayor proceso de integración latinoamericano de la historia. La
talla de estadista del presidente venezolano, se puede equiparar hoy a la del
puñado de grandes revolucionarios del continente.
En consecuencia, su desaparición
física supone un contratiempo de proporciones incalculables porque quiebra una
combinación virtuosa que pocas veces se da en la historia y que en Venezuela se
sintetizaba en la imbricación de 3 factores: liderazgo carismático arrollador,
visión estratégica revolucionaria poco común y control de la reserva petrolera
más grande del planeta. Esta ha sido una variable fundamental para el actual
cambio de época en América Latina.
Venezuela fue, durante siglos, la
débil víctima de cinco imperios. Primero, el de España, que lo exprimió por más
de tres siglos como hizo con muchos otros países. Después, ya a fines del Siglo
19, fue presa de Inglaterra, que le robó un amplio territorio de 143,000
kilómetros cuadrados, rico en oro, que se hallaba aún en disputa, a cuyo
arbitraje inicial se negó la pérfida Albión, para entregárselo a su colonia de
Guayana, después de una segunda maniobra controlada por el gobierno imperial de
Estados Unidos, a través del presidente Grover Cleveland, que aún Venezuela
rechaza y contra la que no ha podido actuar por una cuestión de fuerza, el
recurso bestial de los imperios.
Se pudieran escribir muchos artículos
sobre la obra social de Hugo Chávez, pero mi objetivo es sólo compararla con la
situación que vivió el pueblo de Venezuela antes de su llegada al poder.
Veamos una breve semblanza de la obra
que ha convertido al gobierno de Venezuela en uno de los mayores defensores de
los derechos humanos en el mundo. De los verdaderos derechos humanos, no de los
falsos que proclaman el Imperio y sus secuaces, que han sido, precisamente, los
mayores violadores de esos derechos en todo el mundo y a lo largo de la historia.
La gran reforma pacífica a la que
Chávez llamó Revolución Bolivariana y Socialismo del Siglo XXI se fundamenta en
el antiimperialismo, el pan-americanismo y un profundo cambio social en el
país, sobre todo en materia de salud, educación, vivienda, reforma laboral y
agraria y bienestar social en general. Ese proceso le ha dado a Venezuela una
justa Constitución que le ha traído al país una vida nueva. En el plano
internacional, es de gran importancia en este proceso el proyecto de
cooperación latinoamericana conocido como Alianza Bolivariana de las Américas
–ALBA--, y otros esfuerzos de integración regional y continental como la CELAC
–Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe--
En el aspecto nacional y político, se
debe mencionar la fundación en el 2007 del Partido Socialista Unido de
Venezuela --PSUV--, y en el orden económico y social, la formación de las
Misiones Bolivarianas, los Consejos Comunitarios y el Plan Fonden que ha
dedicado decenas de miles de millones de dólares para beneficiar a las clases
más necesitadas que siempre fueron tan discriminadas en la época capitalista.
Si los chavistas sin Chávez logra mantener su justa causa, sería la primera vez
en la historia que una reforma se convierte en revolución por la vía pacífica.
Chávez ha mantenido una digna política
antiimperialista al denunciar los crímenes del Imperio y sus cómplices en el
Oriente Medio, y condenar el criminal bloqueo económico al pueblo de Cuba,
apoyando, además, a los gobiernos populares y antiimperialistas de Nicaragua,
Bolivia, Ecuador, Argentina, Brasil, Paraguay, Guatemala, etc..
De acuerdo a investigaciones
realizadas por Naciones Unidas, el índice de pobreza en Venezuela era de un
55.4% en 1998, y de un 28% en el 2008, o sea que en el primer decenio de Chávez
la pobreza fue eliminada en un 27.4% de los venezolanos, siete millones y medio
de personas. En estos índices de pobreza sólo se incluye los ingresos en
dinero, no el acceso gratuito a la atención médica y la educación, o sea que la
mejoría en este sentido es aún mayor. Si estas cifras fuesen correctas –y
Naciones Unidas no suele dar informes falsos ni exagerados-- sería la primera
vez que un gobierno sustrae de la pobreza a 750,000 personas cada año, 14,000
cada semana, 2,000 cada día. Formidable esfuerzo.
El gobierno creó el Sistema Nacional
Público de Salud, similar al de Cuba y al National Health Service de la Gran
Bretaña o el Servicio Nacional de Salud español y otros países civilizados de
Europa, para brindarle a todos los ciudadanos atención médica gratuita, lo que,
por supuesto, no existe en Estados Unidos, país que en este sentido está aún en
la prehistoria. El Plan Barrio Adentro ha logrado que 17 millones de personas
tengan atención médica gratuita (antes de 1999 sólo unos tres millones de personas
tenían ese beneficio)
Más de 30.000 héroes cubanos, entre
médicos y personal de salud, y otros tantos venezolanos, han ayudado a este
magno esfuerzo. En el año 2000, el 1.6% del PIB era dedicado a la salud; en el 2006
ya alcanzaba el 7.7% y ha ido en aumento en estos últimos seis años.
La Misión Milagro es una inmensa
operación humanitaria concebida por Cuba en la que se ha operado de la vista,
gratuitamente, a cientos de miles de seres humanos de bajos recursos. Sólo en
el año 2005 se operó a un cuarto de millón de personas, entre ellas 176,000 de
Venezuela. Esta misión se realiza, además, en Bolivia, Argentina, Nicaragua,
Brasil, Ecuador y otros países. El plan concibe efectuar seis millones de
operaciones de la vista, de ellas tres millones en Venezuela. La tasa de
mortalidad infantil se ha reducido de 55 por mil en 1998, a 10 por mil en el
2010.
A partir de septiembre del 2001,
mientras el Imperio ha asesinado a millones de civiles inocentes, los médicos
cubanos le han salvado la vida y la visión, gratuitamente, a millones de
personas de bajos recursos: dos mundos opuestos, el de la sangre y el de la
conciencia.
A partir del 2004, se crearon más de
15.000 tiendas de alimentos en todo el país incluyendo los sitios más
apartados. Sus 250 artículos alimenticios básicos son subvencionados por el
Estado en un 30%. Más de 13 millones de personas dependen de estas tiendas para
alimentarse, casi la mitad de la población nacional. Esta fue la respuesta de
Chávez a la acción criminal de las tiendas de alimentos capitalistas que fueron
paralizadas por sus propietarios para protestar contra las medidas humanitarias
del gobierno, con el consecuente daño a la población más necesitada.
En el 2005, la UNESCO proclamó que el
analfabetismo había sido eliminado en Venezuela, después que por la Misión
Robinson 1 se había logrado alfabetizar a más de un millón y medio de
ciudadanos mayores de diez años de edad. Por la Misión Robinson 2 se está
tratando de que toda la población del país alcance al menos el sexto grado.
Gracias a las misiones Ribas y Sucre, decenas de miles de estudiantes han
terminado sus estudios universitarios. La luz de la enseñanza ha llegado a los
lugares más apartados del país y ha beneficiado a millones de seres humanos
que, bajo otros gobiernos, no hubieran podido ni siquiera alfabetizarse. Desde
1999 se han creado en el país decenas de nuevas universidades.
De 1999 hasta hoy se han construido
cientos de miles de nuevas viviendas que se han vendido a las personas de bajos
recursos a precios justos. Cientos de Comunidades de la Construcción albergan a
decenas de miles de familias que antes vivían casi en la indigencia. En las
áreas de las nuevas viviendas hay transporte, comercios y escuelas.
Desde 1999 se han constituido unas
100.000 cooperativas dirigidas por los propios obreros a las que pertenecen
casi dos millones de ciudadanos. El gobierno les ha dado crédito y
entrenamiento técnico.
Grupos de madres que vigilan las
comunidades y barrios para luchar contra el consumo de drogas, la deserción
escolar y los abusos conyugales. Más de 200,000 amas de casa reciben una ayuda
equivalente al 80% del salario mínimo.
En 1998, casi la mitad de la población
no tenía acceso directo al agua potable. Hoy la gran mayoría lo tiene. El
Ministerio de Recursos Naturales está creando una red de agua potable en las
regiones en las que aún se carece de la misma.
Hoy hay casi dos veces y media más
personas recibiendo ingresos por jubilación que en 1999, de 387,000 a más de
900,000.
Estos datos no son los mejores ni los
más actuales, pero nos dan una semblanza del gran contraste entre el gobierno
de Hugo Chávez y los demás gobiernos venezolanos desde la independencia; entre
la Revolución Bolivariana que se dirige a la emancipación y el bienestar del
pueblo y la revolución neoliberal que sumerge a los pueblos de Europa en la
desesperación, la pobreza, el hambre, el desempleo, los desahucios y el
suicidio.
La figura de Chávez es la
expresión, parafraseando a Bertolt Brecht, de uno de “esos imprescindibles”
para la historia de las clases populares. Por eso precisamente, la insistencia
enfermiza de los voceros de la élite transnacional en etiquetarlo como un líder
“populista y autoritario”. La obsesión del latifundio mediático planetario en
caracterizarlo como un “bufón de circo”, oculta deliberadamente la complejidad
de un gigante político con grandes virtudes. Los antiimperialistas no te
olvidaremos, Comandante del Pueblo.