No
quiero ser anónimo, ni quiero ser de otra legión que la famélica. No necesito
ni quiero una careta que oculte mi rostro porque no me avergüenza decir a las
claras, en voz alta, y sin tapujos que estoy en contra del poder financiero, de
los especuladores, de los corruptos y ladrones y muestro mi repulsa ante
cualquier retroceso de las libertades sociales o los derechos laborales.
No
quiero formar parte de una revolución de colores, no quiero pertenecer a ninguna
primavera sin conocer qué clase de flores van a brotar de ella. No rechazo a la
policía pero si sus brutales métodos, no estoy en contra de la propiedad
privada pero creo que los medios de producción deben estar en manos públicas,
de todos, bien gestionadas y libres de corrupción.
Creo
en la protesta, en la movilización y la desobediencia ante leyes injustas
creadas con el único objetivo de maniatar la resistencia ante las injusticias.
No creo en los privilegios de los cargos electos, ni en el derecho de llevar
una corona en la cabeza por pertenecer a una familia determinada.
Me
repugna la hipocresía de los que dicen una cosa y hacen otra, de los que hablan
de lucha obrera y negocian ERES, de los que hablan de socialismo y ayudan a la
banca, a la iglesia (sea la que sea). Me duele que me digan que me maltratan
por mi bien y no me pregunten que es lo que necesito.
Rechazo
la transición, la constitución nacida de una negociación imposible, donde
estructuras decimonónicas mantuvieron su poder y aún lo siguen manteniendo.
Rechazo cualquier forma de gobierno que no sea una República donde todos seamos
iguales, responsables y solidarios.
Creo
que la Memoria Histórica es una obligación que nos dejaron nuestros mayores y
una deuda que contrajimos con nuestros hijos y nietos. Creo que los crímenes de
la dictadura deben ser investigados y juzgados aunque la mayoría de los
criminales estén ya muertos. Odio el totalitarismo.
Me
repugnan los demócratas que hacen leyes diciendo a una mujer que es lo que no
pueden hacer con su cuerpo en vez de permitir que la conciencia de esa mujer
sea la que decida. Odio las leyes que prohíben la privacidad de las decisiones
y anulan la posibilidad de elegir al individuo.
No me
gustan los nacionalismos porque creo más en la unión que en la separación. Creo
en la independencia de cualquier pueblo que no quiera unir su destino al de
otros, aunque preferiría que fuésemos de la mano.
No
creo en la indivisibilidad de España porque no es más que un conjunto de líneas
pintadas en un mapa. Creo en la unidad de la gente que vive en España con el
objetivo de acabar con la tiranía de unos pocos que por medio de la economía
someten al conjunto de la sociedad para el bien de unos cuantos.
Creo
en la ecología como una necesidad por la supervivencia y creo que debe existir
un equilibrio entre nuestro modo de vida y el del resto de seres que pueblan
esta tierra.
Soy
verde, soy rojo y, sobre todo, soy gris. Gris por saber que un niño ha de pagar
más por comer en el colegio que un cargo electo en la Asamblea de Madrid. Gris
por comprobar como los trabajadores vamos bajando los brazos pidiendo que no
nos toque a nosotros aunque el mal ajeno no nos importe. Gris porque los
derechos humanos son pisoteados por los derechos de explotación de la empresas
mineras, agrícolas, petroleras, etc.
No
quiero que se reforme el capitalismo, quiero que desaparezca aunque suponga la
extinción del modo de vida al que estamos acostumbrados. Creo en el reparto de
la riqueza, en el esfuerzo personal y colectivo, en la solidaridad pero no en
la caridad. No quiero pagar una deuda que no contrajimos, no quiero formar
parte de una Europa controlada por bancos y el capital.
Me
habré dejado muchas cosas en el tintero pero como verán no quiero ser anónimo,
ni llevar careta. Soy rojo, creo en el socialismo, en la lucha de clases, en
erradicar a los ricos para erradicar a los pobres, en la Educación como motor
para acabar con la desidia y la desinformación, creo en la cultura como parte
fundamental de la sociedad, en la fuerza del trabajo y los trabajadores.
No
necesito, ni quiero, una careta. Quiero ver la cara de los que están a mi lado
y que ellos vean la mía. Quiero ver sus risas, sus lágrimas, sus deseos y sus
reacciones y que ellos puedan ver las mías. Quiero saber con quién voy y donde
vamos.
Tengo
nombre y apellidos, rostro. No soy anónimo, soy José Luis Peña: Rojo, verde,
socialista, republicano, soñador, libertario.