IDEARIO POLITICO

           Debemos situarnos, y creo que con ello contribuiremos eficazmente al debate, en la necesidad del rearme  teórico-político de la izquierda. Creo que las posibilidades de  reconstitución global de la izquierda europea están en la injusticia e irracionalidad del neoliberalismo; en la pobreza material y espiritual del cada vez mayor número de mujeres y hombres, y en la necesidad de plantearnos las alternativas por fuera de paradigmas preestablecidos.

            Nuestra preocupación, básicamente unificadora, debe ser la búsqueda incansable por la justicia, por la equidad; por la potenciación y humanización del ser humano. Debemos detener el proceso de deterioro de la vida, democratizar la sociedad y trasformar al sujeto enajenado en sujeto de su destino. Estos retos son urgentes porque vivimos un sistema social agotado en lo económico, en lo político y en lo social.
            El neoliberalismo y la democracia formal burguesa agudizan la pobreza, la incertidumbre y el caos. Las elites de poder se han constituido en un obstáculo para una vida mejor. Debemos construir un nuevo proyecto histórico que se reapropie del futuro, que genere un nuevo modelo de cambio y de vida en la sociedad. Ello implica pensar y fundamentar las bases de la izquierda.
En lo ideológico, debemos construir una corriente renovadora que retome las aportaciones de:
-       La cosmovisión humanista del ecologismo en su relación con la naturaleza.
-       Los impulsos de renovación social de los movimientos sociales, la equidad de género y la lucha por la igualdad  real de oportunidades para las mujeres.
-       El sentido intergeneracional en la búsqueda de un modelo que permita el desarrollo de las futuras generaciones no sólo para el sustento material sino también para la reproducción de los valores en los próximos años.
-       El sentido de la ética en todas nuestras actuaciones personales y políticas; en lo público y en lo privado, tomando en cuenta que la historia se hace desde la cotidianeidad  y
-       La democracia plena en toda la sociedad, incluyendo nuestros movimientos y partidos políticos.
           
        Debemos tener claro que después de 20 años de neoliberalismo, el mercado ha sido incapaz de regular la economía, menos aún de impulsar procesos equitativos de desarrollo. Por tanto es imprescindible fomentar la participación de la sociedad para contrarrestar esa realidad. La sociedad debe ser capaz de regular y coordinar el mercado y compatibilizar el crecimiento económico con el desarrollo, la equidad y la potenciación de las capacidades sociales.
           
          La Izquierda actual debe mirar hacia la construcción de un desarrollo humano y sostenible, con una inserción selectiva en el mercado mundial y combinando nuestra originalidad y sabiduría con los resultados más avanzados de la revolución científico-técnica. Para eso es necesario impulsar y fortalecer:
 
-       Mecanismos para la democratización de la riqueza, exigiendo la renegociación de la deuda.
-       Un nuevo contrato social que garantice condiciones de vida mínimas para el trabajador y su familia, priorizando la atención de la salud, la educación, y las políticas de protección social.
-       La igualdad de oportunidades para los sectores discriminados tradicionalmente: inmigrantes, discapacitados, mujeres, niños y ancianos.
-       Los procesos de iniciativa y participación ciudadana.
-       La descentralización, respetando la identidad y capacidad de decisión de los pueblos y los actores sociales
-       La lucha contra la corrupción y la impunidad.
            
            Para lograr estos objetivos debemos crear un nuevo sujeto del cambio: la nueva izquierda que impulse una alianza cívico social, que congregue a todas las fuerzas y sectores afectados por el modelo neoliberal.
           
             Uno de los aspectos claves de este rearme ideológico de la izquierda es reconstituir el espacio de la política como espacio de representación de la sociedad, de sus intereses, pero también de reconstrucción de sus horizontes. Para eso es fundamental: 
-       Dejar de pensar en partidos-sectas; abrir los partidos a la población, a la sociedad, tener una relación abierta y perceptiva con la mayoría del pueblo.
-       Construir una nueva izquierda plural, rompiendo las ortodoxias y sectarismos, que impulse un diálogo de saberes entre diversas tendencias y posiciones, que genere complementariedades de fortalezas y culturas organizativas.
-       Construir lo político en función de los intereses de las mayorías y aportando propuestas y respuestas a los retos de país del futuro.
            
            Esta unidad y reconstitución de la izquierda debe superar las contingencias electorales. Varias veces nos hemos reunido incluso en espacios de concertación y hemos definido programas, pero no hemos sido capaces de construir unidades políticas. No ha existido la voluntad política para llevar adelante esta unidad. Hablamos de unidad pero en el momento de los acuerdos tenemos una dimensión cuantitativa y sumatoria de la misma.
            Esta unidad debe ser un encuentro de saberes pero también de factores reales de poder.
            Europa en general, y España en particular viven una grave crisis que pretende ser superada en beneficio de los ricos aniquilando a la mayoría de ciudadanos y ciudadanas. Por eso, hoy más que nunca tenemos el reto de construir una propuesta alternativa.
           
            Es la hora de superar nuestras visiones parciales, de pensar en el futuro, de convertir estas horas amargas en encuentro para potenciar nuestras fuerzas. Tenemos que construir, en el marco del respeto mutuo, procesos sociales, políticos y electorales unitarios.

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