Ya
no se conforman con robarte los ahorros con participaciones preferentes y otros
timos, sino que directamente, están dispuestos a quitártelos de la cuenta sin
darte a cambio ni siquiera un papelito sin valor alguno.
Dice
la sabiduría popular española: “cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon
las tuyas a remojar”.
El
“corralito” chipriota debería ponernos sobre aviso de lo que nos puede ocurrir
a los españoles en un futuro no muy lejano. Sobre todo si tenemos en cuenta que
el gobierno del Sr. Rajoy (el gobierno más embustero de la historia) se ha
apresurado a declarar que “lo de Chipre no es trasladable a España”. Ya sabemos
que el gobierno español es experto en decir lo contrario de lo que piensa
hacer.
Pero
si no podemos fiarnos del gobierno español, tampoco podemos hacerlo de la Unión
Europea que, en su momento, garantizó la integridad de las cuentas corrientes y
depósitos bancarios inferiores a los 100.000 Euros, y no solo se ha olvidado de
su promesa, sino que ha exigido a Chipre como condición imprescindible para el
rescate, que les robe a sus ciudadanos un 6,7% de sus ahorros a los que tengan
menos de 100.000 Euros y un 10% a los que tengan más de esta cantidad (ahora,
parece ser que, debido al clamor popular lo van a dejar en el 3% para los
primeros y el 12,5% para los segundos).
Personalmente,
me parece muy bien que se apliquen impuestos a los “ahorros” superiores a
100.000 Euros, sin embargo me parece contradictorio cuando dicen que la dación
en pago de la deuda hipotecaria no se puede hacer porque crearía “inseguridad
jurídica”. Y este “corralito” no?.
Me
dirán que esto ocurre porque Chipre ha tenido que pedir el “rescate” y España
no está en esa situación, sin embargo, yo creo que sí lo está, a tenor de los “síntomas”de la política económica del
gobierno Rajoy.
Este
gobierno de embusteros, marrulleros y tramposos no se cansa de proclamar que
España no necesita un rescate, sin embargo nos ocultan que hicieron trampas en
el 2012 retrasando la devolución de 9.000 millones de Euros, propiedad legal de
los españoles, para falsear el déficit ante Europa, e impedir que superase el
6,7%.
Pero
es que, además, el año pasado, el Ejecutivo de Mariano Rajoy dedicó el 89,6% de
los 65.000 millones de euros del fondo de la Seguridad Social (58.000 millones)
a comprar deuda pública del país. Y eso no había ocurrido nunca.
En
noviembre, el Gobierno retiraba 4.000 millones del fondo de reserva: era la
segunda vez en la historia que la caja pública se veía al borde de la quiebra.
La primera vez se había registrado un par de meses antes, cuando el Ejecutivo
había tenido que recoger otros 3.000 millones del fondo, en aquel caso para
cubrir necesidades que nunca se especificaron. Ambas retiradas agotaron el
límite legal anual, de manera que el Gobierno tuvo que elevarlo de forma temporal.
En
aquellos meses se hablaba de un rescate inminente. Algo que, en realidad, hoy
por hoy no se ha producido. De hecho, los analistas económicos andan divididos:
algunos interpretan que ese rescate no va a ser necesario, sin embargo, otros
muchos opinan que va a ser imprescindible en el breve plazo, ya que al gobierno
se le están acabando los trucos y las trampas, y ya han reducido las pensiones
y han “decretado” un endurecimiento de las condiciones necesarias para acceder
a la jubilación. Estos últimos tienen motivos para desconfiar: la tasa de paro galopa
desbocada, rondando el 27%, la población envejece y vive más tiempo (si la privatización de la
sanidad no lo remedia) con lo que la
pirámide engorda por su tramo superior y apenas se crean nuevos puestos de
trabajo. Se calcula que en la actualidad ya hay dos cotizantes por cada
pensionista, muy lejos de los recomendables cuatro cotizantes.
Ante
este panorama, no parece muy descabellado pensar que, del mismo modo que el
gobierno de Rajoy se permite saltarse la legalidad retrasando las devoluciones
de impuestos, o hace trampas utilizando el fondo de pensiones para comprar
deuda pública, un día de estos se levante y nos aplique la medida “dolorosa
pero necesaria” del corralito. Especialmente ahora que ya sabe que es una
medida vista con “buenos ojos” por sus jefes de la Unión Europea.
Yo,
de momento, voy a empezar a sacar poco a poco mis míseros ahorros del Banco,
por si acaso. Y mientras iré pensando donde narices lo escondo.
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