viernes, 7 de junio de 2013

ESCRACHES Y TERRORISMO


El Partido Popular está indignado porque el Parlamento Europeo ha concedido el premio “Ciudadano Europeo 2013” a La Plataforma de Afectados por la Hipoteca, a pesar de haber sido concedido por unanimidad de un jurado de cinco miembros en el que había dos del Partido Popular Europeo.

Tanta es la indignación que Carlos Iturgaiz,  eurodiputado europeo del PP ha calificado de "escándalo" y "verdadero desatino" el premio para la PAH al considerar que se trata de una "organización violenta" y con "muy poco talante democrático" por organizar escraches contra los políticos.

El PP debería hacer algún esfuerzo para evitar la ligereza con que usa las palabras terrorismo o terrorista. Si no, habremos de pensar que echa de menos a ETA que, a falta de otros méritos, servía para forjar, a la contra, la idea de un dirigente, individual (Aznar) u orgánico (el PP) con atributos incontestables de salvador de la patria. Y para identificar con la banda armada cualquier forma de disidencia (los independentistas, el 15M, los mineros) que no se plantee en una queja por escrito y guardando la cola. No están nada lejos aquellos días en los que el PP llamaba al gobierno socialista, con decenas de víctimas, en sus filas, de las balas y las amenazas etarras, «amigo de los terroristas».

Es un mecanismo muy tentador porque libera a quien gobierna de la carga de la crítica, porque disuade a los adversarios y bloquea el debate. Un chollo. Por eso no me extraña que esa obra maestra del cinismo (hecha a sí misma) que es González Pons se haya convertido en portavoz oficioso del PP y tenga suficiente papo para decir que hace falta un pacto contra la corrupción (a ver si es verdad: de paso, encarcelen a los acreditadamente corruptos) y que se acabó el tiempo del «¡Y tu más!» y a continuación le recuerde al presidente andaluz sus problemas con los ERE fraudulentos.

Pero entre dos extremos hay siempre un recorrido; y si hay dos orillas (y siempre las hay) eso significa que existe en medio un mar potencialmente navegable. Los afectados por las hipotecas deben conducir sus protestas por los cauces legales, claro. No es lo mismo montar un escrache frente al domicilio de un diputado que ante la puerta de su casa. Son matices muy importantes, pero ¿que puedo hacer yo, sentado ante mi ordenador, en mi casa?. Hay gente que ya no cuenta con cosas como éstas que empiezan a ser vistas, al igual que el trabajo, casi como un privilegio.

Quiero decir que, dadas las circunstancias, el personal está manifestando una contención y un buen sentido extraordinarios. De paso, cuando disuelvan una manifestación, aunque sea ilegal, si no hay personas en peligro, procuren no dejar tuerto a nadie.
No es difícil leer y releer en estos días las barbaridades a las que la activista Ada Colau esta siendo sometida en verbo y forma por los diferentes dirigentes políticos de nuestro país. Desde Rosa Díez hasta Cristina Cifuentes pasando por una amalgama de seudo cargos públicos que no han dejado títere con cabeza atacando a Ada Colau personalmente y/o en su defecto a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca.

Como decía Javier Gallego en un artículo reciente titulado Escrache, toda esta gente no se ha dado cuenta de que quienes vienen desde hace años haciendo un Escrache monumental contra la ciudadanía son la clase política y la banca.

Los límites a los que estamos llegando en nuestro país con los recortes en sanidad, educación o cultura, por poner algunos ejemplos son del todo irracionales si además le sumamos que mientras todo eso sucede, los casos de corrupción no dejan de saltar a los medios de comunicación y hemos de encontrarnos con la paradoja diaria que personas son desahuciadas de sus casas mientras políticos corruptos, equipos de futbol con deudas millonarias a la Hacienda Pública y a los bancos, banqueros condenados o miembros de la realeza siguen haciendo su vida como si con ellos no fuera la cosa. Estos contrastes no hacen otra cosa que alimentar el odio, evidenciar el injusto sistema en el que vivimos y por supuesto, demostrar la profunda falta de respeto de los dirigentes políticos y las élites a las que representan sobre el conjunto de los ciudadanos.

Que se pretenda asociar a Ada Colau con el terrorismo es una bajeza moral que era previsible que tarde o temprano se produciría, como previsible era que quién la realizase fuese la cachorra de Esperanza Aguirre, Cristina Cifuentes. Según la Rae, terrorismo es una “sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror” o bien la “dominación por el terror” y según estas acepciones me pregunto si no tenemos un gobierno que domina gracias al terror y produce actos de terrorismo cuando facilita el desalojo de miles de familias de sus casas a las que previamente les han disminuido sus derechos sociales, laborales, educativos o sanitarios y deja en el total desamparo.

Esas actitudes no solo vulneran los derechos humanos sino sin duda alguna son actos de terrorismo ejecutados desde el estado y cuyos destinatarios son la ciudadanía entera.

Los escraches de los que se quejan los diputados son el mar menor dadas las circustancias. Y como decía la periodista Maruja Torres en su columna de El Pais, “El problema es que exploten pocos; eso proporciona excusas a los carceleros del régimen” a lo que yo añado que están haciendo méritos para que la explosión sea mayoritaria y al final el escrache se convierta en algo mayoritario hasta que les consigamos echar del poder, y a algunos hasta del país. 

Los recortes y la falta de oportunidades laborales han provocado que miles de estudiantes hayan tenido que buscar becas lejos de sus lugares de origen u oportunidades laborales más allá de nuestras fronteras. Y son esos, los exiliados económicos los que ocupan las calles fuera de nuestro país, “dañando la marca España”. Sin duda, en sus reivindicaciones asumen las de las PAH y llevan con ellos su distintivo circulo verde del SI SE PUEDE, porque  ellos también son víctimas del terrorismo del gobierno, porque #NoNosVamosNosEchan y son una Juventud Sin Futuro.

Todos nosotros podemos ser los siguientes, si no nos envían antes al "cobrador del frac" algo que la ciudadanía asume con un morbillo nauseabundo y en muchas ocasiones "cómplice"; el otro día andaba uno de esos por mi pueblo, ¿eso no es acoso? ¿eso que es?, no tengo idea a quién buscaba, ni me interesa, quizá, a un padre de familia al que le han jodido la vida, bancos, políticos y demás mandangas, y se ve abocado a está ridícula persecución a la que están expuestos, en muchas ocasiones sus hijos pequeños,¡¡¡qué pena!!! María

 

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