martes, 25 de agosto de 2015

ALGUNAS LECCIONES EXTRAIDAS DE LA TRAGEDIA DE GRECIA

Todo lo que ha pasado en Grecia en los últimos meses desde la vitoria de Syriza, pasando por el OXI en el referéndum hasta terminar en la rendición de Tsipras, por duro que haya sido, ha servido para confirmar que el estado de ánimo que hizo nacer el 15-M sigue vigente: lo que está en juego es la democracia y, con ella, la posibilidad de recuperar los derechos laborales y sociales, nuestras vidas en definitiva. Lo que los poderes financieros nos están imponiendo es un capitalismo en el que sobra la democracia. Al fin y al cabo, si lo que se estuviera aplicando fuera un determinado programa político neoliberal sin más, un programa fruto de unas elecciones, cabría la posibilidad de revertirlo en otras elecciones.

Lo que ha quedado en evidencia es que es el propio diseño de la UE el que ha puesto las políticas económicas fuera del alcance de la ciudadanía. La crisis griega ha supuesto un shock profundo para la izquierda porque ha ocurrido tras una guerra que se ha hecho explícita y que parece que ha señalado los límites. Se ha dado la batalla y se ha perdido ¿Y ahora?

La victoria de Syriza demostró que era posible ganar las elecciones con un programa que, fruto de las luchas sociales y de la resistencia a la austeridad, pretendía hacer políticas enfocadas al bienestar. Syriza demostró que en uno de los países más golpeados por la crisis, era posible plantear una alternativa exitosa y de gobierno a las políticas dictadas por la Troika.


Syriza fue la primera victoria real de las fuerzas populares en Europa después de décadas de derrotas y nos hizo pensar que era posible lo que siempre nos habían dicho que no lo era: ganar las elecciones presentando un programa radicalmente enfrentado al poder financiero. Syriza ganó su primera y provisional victoria en las urnas, y se dispuso a combatir en la segunda y más importante: aplicar su programa.

Pero ahí fracasó. Y su fracaso ha sido especialmente doloroso porque no ha consistido, como en tantas ocasiones, en una traición llevada a cabo en los despachos, hurtada a la discusión política, como la de Zapatero con la modificación del artículo 135, por poner uno de los ejemplos más recientes. El fracaso, en esta ocasión, no es una traición más de la socialdemocracia. Aquí se ha producido una auténtica derrota tras una batalla que se ha estado dirimiendo ante la opinión pública de toda Europa.

Una derrota, además, que viene después de la victoria en el referéndum que nos hizo imaginar, a muchos/as, que aun podía ser posible que un pueblo decidiera su destino en las urnas. Un pueblo empobrecido, exhausto y sometido a todo tipo de chantajes, tuvo el valor de decir “no”. El pueblo griego expresó claramente, primero con la elección de Syriza y luego con el OXI en el referéndum, su voluntad de querer gobernarse con otras políticas. Hizo uso de la democracia y votó en contra de lo que le ordenaban que votase.

Y muy pocos días después, en realidad horas después, la realidad es que el clamoroso OXI era derrotado en los despachos de quienes nos gobiernan sin atender a las urnas. El mensaje era claro: gane quien gane no hay alternativa a estas políticas. ¿Y ahora qué hacemos? ¿Qué hemos aprendido de lo sucedido en Grecia? Muchas cosas. Casi todas sabidas de antemano pero ahora materializadas en la realidad, prácticamente retransmitidas por televisión y en tiempo real. Ahora ya no es posible negar lo que a sucedido ante los ojos de la opinión pública europea. En ese sentido, todo el mundo sabe ahora más que antes.

En primer lugar, lo que está en juego es la democracia misma y con ella la capacidad de ganar el bienestar. La batalla griega ha tenido lugar a la vista de todo el mundo, incluso con retransmisiones reales de lo que ocurría dentro de las reuniones del eurogrupo. (Varoufakis se ha encargado de que supiéramos lo que pasaba) Esto es un cambio. Si antes decíamos que no nos representan, ahora sabemos que, además, no pueden representarnos porque representan a otros, a los poderes económicos.

El poder financiero ha ganado esta batalla sí, pero para ello ha tenido que salir de su guarida y matar a su presa, a Syriza, a la vista de todos. Se han puesto al descubierto, las mentiras son ahora mucho más evidentes. Ya no se puede negar quién nos gobierna. Además, de alguna manera han puesto de manifiesto sus propios límites. Syriza no ha podido, es cierto, pero ¿y si fueran más gobiernos? ¿y si fueran gobiernos de países más grandes? ¿Cuánto tiempo y frente a cuántos países pueden escenificar la muerte de la democracia?

En segundo lugar, Tsipras luchó, es verdad, pero no hasta el final. Había un plan B, siempre hay un plan B, pero no se atrevió a ponerlo en marcha. Lo malo no es sólo haber aceptado aquella primera derrota; es que según pasan los días, Tsipras ha entrado ya en la lógica del poder, que sólo quiere perpetuarse.

A menudo despreciamos los mecanismos psicológicos que acechan cuando se accede a posiciones de poder, los cambios que se producen en las personas. Cuando se accede a puestos de poder político se produce un cambio que es casi inevitable; se accede a una lógica de la que antes se estaba excluido, cambian las prioridades, cambia la manera de ver y percibir la realidad, se produce un distanciamiento real y muy rápido del mundo de antes y un nuevo acercamiento a otras posiciones, a otras personas, incluso a otros mundos, antes muy lejanos e incluso vedados. Subestimamos la capacidad de las instituciones para modelar a la gente. La única manera de seguir en contacto permanente con el mundo real de la gente corriente, además de la propia voluntad en que esto sea así, -y que muchas veces no es suficiente-, es que los partidos políticos estén atravesados por mecanismos democráticos que permitan que la gente pueda intervenir en la toma de decisiones importantes, que pueda censurar, que tenga capacidad real para cambiar las políticas en cualquier momento del proceso
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Si los nuevos actores políticos quieren de verdad cambiar las políticas de la austeridad tienen que utilizar la democracia como arma. Si se construyen radicalmente democráticos protegerán sus esfuerzos políticos; de lo contrario se convertirán muy rápidamente en partidos viejos.

En tercer lugar, hay que saber que el objetivo tiene que ser a largo plazo y que pasa por entender que hay que ir de la mano de partidos hermanos, de todas las luchas sociales en marcha, de todas las formas de resistencia y auto-organización que están surgiendo por toda Europa, para cambiar radicalmente el diseño actual de la UE. Toda lucha política actual tiene que tener una pata trasnacional porque ningún partido, ningún país puede hacerlo sólo. La batalla de ruptura constituyente ahora es Europea. Hay que discutir e introducir propuestas trasnacionales que tengan que ver con salario mínimo europeo, sistema de bienestar común garantizado, lucha contra la xenofobia, etc.

Cualquier programa electoral tiene que estar abierto a Europa; pero tampoco hay que tener miedo a introducir en los programas elementos que propongan recuperación de soberanía como estrategia a corto plazo. Siempre que dichos programas sean claramente europeístas de fondo, absolutamente democráticos, defensores a ultranza de los derechos humanos y de la redistribución económica, no hay posibilidades de coincidir en nada con la extrema derecha nacionalista
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Por último: los actores políticos. La tragedia griega también ha servido para evidenciar que, sin lugar a dudas, socialdemócratas y populares son lo mismo con otro nombre para que como consumidores que somos, pensemos que tenemos la posibilidad de elegir. Por eso derrotar al bipartidismo, se llame como se llame, es imprescindible. Tienen que surgir nuevos sujetos políticos cuyo objetivo sea la lucha contra la austeridad y por el bienestar. Y ya está ocurriendo.

Surgió Syriza, ha surgido Podemos, en Inglaterra hay un candidato laborista completamente diferente a lo conocido desde Blair: Jeremy Corbyn. Acabar con los partidos que alienan el voto de tanta gente potencialmente aliada es imprescindible para cambiar las cosas, pero también lo es que los nuevos partidos no se conviertan en los antiguos. Por toda Europa surgen nuevos actores políticos procedentes de los movimientos sociales que se basan en una nueva cultura política que entiende que la crisis es, en realidad, un mecanismo de expropiación de derechos y servicios sociales y públicos y como tal la explica y se enfrenta a ella. Estos nuevos actores, tengan la forma que tengan, tienen que ser capaces de combinar la radicalidad democrática con la capacidad para potenciar y acompañar la movilización social, sin dejar de parecer alternativa de gobierno.


Cualquier política económica, cualquier diseño institucional, tiene alternativas; siempre y en todo caso. Que donde hay injusticia surgirán anhelos de emancipación y de justicia social, que habrá lucha y resistencia, eso es incuestionable. Como es incuestionable que nos encontramos al comienzo de un tiempo nuevo que va a requerir de toda la inteligencia, de toda la imaginación, de toda la solidaridad y resistencias que seamos capaces de generar.

martes, 18 de agosto de 2015

FRANCISCO "PANCHO" BERGOGLIO EL PAPA MEDIÁTICO

“Habemus Papam “de todo tipo, entre los 265  que antecedieron a “Panchito” Bergoglio. Los hubo, pedófilos, incestuosos, envenenadores como los Borgia, autoritarios  como  Gregorio, colaboradores del nazismo como  Pio 12, o decididamente nazis como Ratzinger el Benedicto 16  y así seguimos…

        Pero esta visto, que en esta era de “la sociedad del  espectáculo”,  hacía falta un Papa, que si bien viniera a cumplir, el mandato   demagógico básico del catolicismo oficial, lo hiciera dotado de capacidades especiales,  que Bergoglio posee evidentemente, ser mediático, farandulero, dicharachero,  bah!…un gracioso.

En un mundo tan conflictivo como este, no deja de sorprender, este exceso de alegría, de optimismo sin soluciones, que la Iglesia le ofrece a los pobres  que son justamente los más agredidos y castigados por el socio natural de la Iglesia Católica, el Capitalismo.

Este artículo, solo tiene el deseo de analizar, algunos de los dichos del argentino, que busca competir con Messi o  Maradona, para el premio del hombre del año, y que por ahora solo obtuvo el de la revista Times, orgullo del Capitalismo  editorial.

Como los antisemitas que “tienen un amigo judío”,…Bergoglio  conoció muchos marxistas, que “eran buenas personas”.

Es increíble la cantidad de temas,  que el Papa Argentino trató en unos pocos días,  frente a cuanto micrófono, cámara o periodista vivo, estuviese presente. Palabras  que no se  llevó el viento. No, no…, fueron desparramadas cuidadosamente en todos los medios posibles.

Hace unos días el Papa concedió una entrevista extensa al diario italiano La Stampa, (propiedad del grupo Fiat de Turín). Refiriéndose a los niños que sufren y pasan hambre, le dijo al periodista “Frente a un niño sufriente, la única oración que me viene es: Señor ¿por qué? …..Él no me dice nada,  pero siento que me mira”.

Precioso pensamiento, que revela que eres un privilegiado Pancho, que yo sepa a nadie hasta ahora,  Dios le dijo algo, y por otra parte, en un mundo en el que todos están mirando la televisión, el internet o los móviles,  nadie te mira,  así que ponte contento, si “sentís “que Dios te mira.

Agregó el Papa “Con los alimentos que sobran y tiramos podemos darle de comer a tantísimos”…

Bien por Pancho, Argentino y Peronista. Perón decía lo mismo, se levantaba bien temprano, para ir a la Presidencia y pasaba por la Avda. Libertador,  la Avenida  donde viven la oligarquía y los millonarios, hacia  detener la comitiva  presidencial y se bajaba  a revisar  las basuras que estaban al frente de los edificios.

Luego tomaba los micrófonos y le decía al pueblo argentino “con lo que se tira a las basuras en este país se podría alimentar al mundo” Que lastima que la comitiva de Perón,  no pasaba por las Villas Miserias a montones,  que el mismo peronismo,  había ayudado a desarrollar, para ver que tiraban a la basura, los trabajadores y los pobres.

Continuó Bergoglio “Si lográramos no derrochar, reciclar los alimentos, el hambre en el mundo disminuiría mucho”. “Me ha impresionado leer una estadística que habla de diez mil niños que mueren hoy diariamente por hambre en el mundo. Quiero decir a la humanidad: den de comer a quien tiene hambre. Que la esperanza y la ternura de la Navidad nos sacudan de la indiferencia.

Quédate tranquilo Panchito,  no me cabe duda, que  tu frase  va a enternecer a los Bancos y a las Multinacionales del Capitalismo  Internacional y  “la ternura de la Navidad” los va a movilizar y van a terminar,   con el hambre de los niños pobres de este mundo.

Mientras tanto, Bergoglio   fue acusado de “marxista” por  un sector de  ultraconservadores estadounidenses que tomaron a mal  sus declaraciones  en su exhortación apostólica ‘Evangelii Gaudium’.

En el mencionado documento, el Pontífice describió al “capitalismo sin límites” como “una nueva tiranía invisible”.

La verdad yo no sé porque se enojaron los yanquis, Bergoglio no se refirió al capitalismo que todos conocemos y el que los yanquis practican. El hablo de un misterioso “capitalismo sin límites, como una nueva tiranía invisible”.

Ay Pancho¡! La realidad es que el capitalismo,  desde que nació hace ya muchos años, solo soporto una leve limitación durante la existencia de la URSS,  a partir de allí  nadie le puso limites, es decir se trata de una “vieja tiranía”, que de invisible no tiene nada,  basta ver los bancos privados a cada paso en las ciudades , las multinacionales internacionales del capitalismo   que se “visibilizan” permanentemente,  a través de la publicidad comercial, en los televisores y la prensa, empujando al ser humano,  al consumismo enfermizo, las elites que exhiben su obscena riqueza en los medios de comunicación  y las oligarquías que siguen poseyendo las tierras y los medios de producción.

Por suerte  al final  Bergoglio tranquilizo a los norteamericanos  “En la exhortación no hay nada que no se encuentre en la Doctrina Social de la Iglesia” les dijo.

Y los ultraconservadores estadounidense se tranquilizaron, pensando que si en los 2000 años del catolicismo, la Doctrina Social de la Iglesia, no perturbo la marcha triunfal de las élites, esclavistas, feudalistas, monarquistas y capitalistas, para qué preocuparse ahora.

Finalmente, para tranquilidad de la ciencia y la certeza filosófica, Francisco aclaro…..”La ideología marxista es errónea. Pero en mi vida he conocido a muchos marxistas que son buenas personas, por eso no me ofendo si me llaman marxista “

Más adelante el cronista de La Stampa le pregunta ¿habrá mujeres cardenales? A lo que Bergoglio  contesto “No sé de donde salió esa versión. Las mujeres en la Iglesia deben ser valorizadas, no ‘clericalizadas’. Quien piense en las mujeres cardenales sufre un poco de clericalismo”.

Panchito no te entiendo: si las mujeres según tu opinión y la Doctrina Social de la Iglesia, no tienen  el derecho de abortar, divorciarse, ni optar  por un puesto de responsabilidad como el cardenalato, como deben ser “valorizadas”?. ¿Quizás cocinando, lavando y planchando la ropa?

Bergoglio, nos envía permanentemente mensajes esquizofrénicos como este: “Muchachos  “vayan contra la corriente”, y en su visita a Brasil les aconsejaba “hagan lio”. Eso sí “defendiendo vuestros valores y alejándose de las tentaciones del mundo, no  rebelándose  contra la autoridad ni  generando disturbios, sino  pidiendo  y exigiendo  respeto, educación, honestidad, humildad, etc.”… me vuelves loco Panchito, empezando por que nadie puede “ir contra la corriente” sin rebelarse y menos “hacer lio” sin generar disturbios.

Quiero cerrar mis comentarios, con lo único que me parece realista en todo lo que vienes diciendo refiriéndote a la Navidad, eso de que “la  Iglesia no es un refugio para la gente triste “, sino que “es la Casa de la Alegría”.

Sabes, escuchando estos comentarios  se me ocurre, que desde que llegaste al Papado,  están de “pura  joda” en el Vaticano. Sin embargo te recuerdo,  que la “gente triste “compone,  la inmensa mayoría de la población mundial.

Porque ¿quién  puede estar alegre con los problemas que tiene actualmente la humanidad en medio de la locura y las injusticias del Capitalismo?: el hambre, el desempleo, la violencia, las guerras permanentes desatadas por el imperialismo, la injusta repartición de las riquezas, la explotación del trabajo de los demás por el grupito insignificante de capitalistas y oligarcas.

Pero es verdad  lo que dijiste,  la  Iglesia no es un refugio para la “gente triste, los pobres”, pues nunca resolvió sus problemas, solo ayudo a “los ricos dueños de la alegría”  a seguir explotándolos.


Dos poetas exquisitos, de la canción popular, Jobim y Vinicius  escribieron aquello de “la tristeza no tiene fin, la felicidad  sí”, y tu compatriota  Discepolin lo dijo en su  tango Cambalache con tristeza infinita  “el mundo es y  será una porquería en el 506 y en el 2000 también“ ,yo que no soy poeta y si decididamente anticapitalista , y consecuentemente  optimista crónico,  pienso en cambio,  que cuando el capitalismo muera, la alegría podrá iniciar su reinado en este mundo.

martes, 11 de agosto de 2015

¿ES POSIBLE EL CAMBIO POLITICO EN ESPAÑA?

Por el momento, la sensación es que los resultados de las elecciones municipales y autonómicas del 24M en España marcaron el cenit de la nueva izquierda representada principalmente por Podemos.

Según distintas encuestas, las tendencias sostenidas a la baja del partido liderado por Pablo Iglesias se han estancado en torno al 15 por ciento de los votos, mientras que la formación artificial de Ciudadanos alcanza un porcentaje similar.

Por su parte, el bipartidismo resiste bien los embates de la crisis y de la consecuente erosión de poder: entre PP y PSOE reúnen el 52 por ciento de los sufragios, con cierta inclinación de mejora en sus expectativas a medio plazo.

En cuanto a Izquierda Unida su cota parece estabilizarse alrededor del 5 por ciento de votantes declarados. La abstención rondaría el 40 por ciento del censo electoral.

Cabe deducir que los resultados del 24M podrían evaluarse como un espejismo y no como un punto de inflexión o ruptura de cara a los previsibles comicios generales del mes de noviembre.

La anodina paz social en que estamos inmersos no ayuda a clarificar el escenario político a favor de la izquierda en su conjunto. Por esa causa, el discurso preeminente de la recuperación lanzado por la derecha gana adeptos en la ciudadanía. La estrategia de no tensión de Podemos diluye el conflicto social en escaramuzas verbales de poco peso específico, lo que provoca un agrandamiento de las tesis oficialistas de la elite dominante, convenientemente aireadas por los medios de comunicación del sistema.

El contexto europeo tampoco ayuda a un ascenso de la izquierda. Syriza se ha roto en dos, desoyendo el mandato de su pueblo vía referéndum, lo que ha supuesto una pérdida de credibilidad importante en su programa con probables repercusiones directas en los presupuestos políticos que postula Podemos. Al final, Syriza ha optado por aliarse con las rancias derechas helenas y el PASOK, (el PSOE más o menos socialdemócrata de Grecia), apartando las voces críticas izquierdistas que reclamaban mayor empuje y decisión en las negociaciones con la troika.

El sedimento o lección que quedaría del ejemplo griego es que los discursos radicales de la nueva izquierda ceden ante los poderes clásicos pactando soluciones similares a las patrocinadas por las viejas castas hegemónicas. Estamos ante un límite tradicional de la socialdemocracia: no poner en cuestión el orden capitalista bajo ningún concepto.

Se ha visto en los últimos tiempos que la manida corrupción no era más que una maniobra de distracción mediática para llevar a cabo las profundas reformas regresivas del neoliberalismo. El foco de la corrupción no ha dejado ver en toda su extensión el bosque del tremendo golpetazo al renqueante Estado del Bienestar. Si los sondeos aciertan en sus análisis demoscópicos, el hartazgo del elector medio ya ha amortizado tanto escándalo sucesivo de portada: ahora lo que quiere es moderación, tranquilidad y nuevos créditos para consumir y tirar para adelante.

La escasa ideologización de la crisis está jugando poco a poco a favor del PP y el bipartidismo en general. La timidez de la izquierda, la nueva e IU, no pone en cuestión las bases del capitalismo, conformándose con declaraciones más o menos subversivas en la forma para reclamar la atención de la gente común.

La confluencia movilizadora de las diversas mareas ha tocado techo el 24M. Más allá de esta fecha sería necesario saber qué quiere la izquierda plural y qué novedades de verdad aporta al debate político. ¿Volver al alicaído Estado del Bienestar? ¿Recuperar el consumo y el optimismo con medidas meramente estéticas? ¿Iniciar una transformación más o menos socialista de España?

Lo cierto es que las estructuras de poder están consolidándose día a día en silencio, despacio, sin hacer ruido. Lo que las nuevas izquierdas trasladan subrepticiamente es que resulta imposible enfrentarse al capitalismo con convicciones ideológicas. Lo más que se puede sería adornar la severidad del régimen con alguna medida puntual que no afectara a las instituciones de siempre.

La mayoría de la gente quiere vivir en la “libertad capitalista” porque nadie se atreve a plantear alternativas diferentes. Ni Podemos ni Syriza escapan a lo políticamente correcto pese a sus arengas creativas contra las castas nacionales, europeas y mundiales. Al final, sus escasas ambiciones ideológicas desencantan al electorado, incluso a la juventud activista más comprometida socialmente, que ahora mismo se manifiesta en casi la mitad por no acercarse a las urnas en las venideras elecciones generales.

El tono de moderación adoptado por Podemos y su prepotencia unilateral contra otras izquierdas en su misma órbita electoral y sociológica está causando estragos en la tan cacareada unidad popular, que muy posiblemente se saldará con nombres propios mediáticos que serán acogidos por la gracia de las estructuras organizativas de Podemos en algunas de sus candidaturas como meros añadidos personalistas sin capacidad para generar debates ideológicos y de altura de miras en la presunta izquierda transformadora.

Ciudadanos continúa confundiendo al electorado de manera muy preocupante, recogiendo indecisos poco politizados y barriendo para las alforjas de la derecha allí donde el PP está vetado en las conciencias interclasistas de España que no apoyan al PSOE. Sin duda, que Albert Rivera y los suyos servirán de muleta de apoyo a Rajoy si así lo precisa éste.

Por lo que se refiere al PSOE, su mercadotecnia persigue que su líder no diga nada interesante de aquí a los comicios, manteniendo una equidistancia calculada de todos los demás partidos políticos. Esa estrategia vacía de contenido le permitirá coaligarse “por responsabilidad y el bien de España” o con la derecha o con Podemos en función de la aritmética parlamentaria futura.

Tanto Podemos como Ciudadanos no pretenden chocar frontalmente con el poder establecido. Su novedad reside en agregar savia nueva al sistema en vigor, relanzando los esquemas clásicos de derecha de toda la vida con izquierda nominal ilustrada adaptada a los mecanismos “liberadores” del mercado capitalista. El margen de maniobra de Podemos quedará fijado como antes en cuestiones sociales menores que no pongan en solfa el orden imperante: reformas puntuales que jamás tocarán las estructuras financieras ni militares ni laborales de España.

Los efectos de la privatización neoliberal han venido para instalarse durante largo tiempo. No son flor de un día. La embestida contra lo público viene de muy lejos, de finales del siglo XX, y la izquierda no ha sabido criticarla ni hacerla frente con propuestas ideológicas coherentes y audaces en su origen.

No se sabe si España es de izquierdas o de derechas porque la izquierda navega en la indefinición sustancial desde muchas décadas atrás. La gente varía su voto con una veleidad preocupante. En ese sentido, todos somos de derechas porque la conciencia a la defensiva nos dicta sutilmente que no hay escapatoria al capitalismo, que habitamos el mejor de los mundos posibles porque somos incapaces mentalmente de construir ideas o utopías que nos indiquen otra perspectiva para ver y entender la realidad cotidiana.

Noviembre está ahí, a la vuelta de la esquina, pero sería una quimera infantil creer que España cambiará demasiado tras las elecciones generales. La calma chicha actual presagia un territorio donde solo sucederá lo que tenga que suceder, sin que un acontecimiento inaugural abra la posibilidad cada vez más remota de un tiempo radicalmente nuevo y original.


El horizonte parece copado, con ligeras pendientes hacia Podemos y Ciudadanos, por la costumbre y la rutina que representan simbólicamente el PP y también el PSOE. La seguridad de lo malo conocido dice mucho del miedo instalado en el subconsciente colectivo y del conservadurismo latente que no se expresa por vergüenza en el electorado español. No se tambalea el bipartidismo, solo sufre un desgaste técnico que va superando poco a poco. En la no movilización, crecen sus expectativas día a día.

martes, 4 de agosto de 2015

¿QUE SERIA DE NOSOTROS SIN EE.UU.?

El caramelo para la población de Morón de la frontera es la creación de puestos de trabajo en una zona con un 30% de paro; una vez más, vendemos nuestra alma al diablo por unas migajas ¿Que sería de nosotros sin EE.UU. velando por el correcto y democrático proceder del resto de los países del mundo? ¿Y cual ha de ser nuestro deber sino colaborar con ellos ofreciéndonos en cuerpo y alma y satisfaciendo sus necesidades de expansión para tamaña empresa?

La base aérea de Morón de la Frontera (España) ha pasado a ser permanente, y nuestro gobierno, con su ministro de Defensa al frente, lo exhibe con orgullo. Es como ese niño pequeñajo, acomplejado y medio lelo que alardea de ser amigo del abusón del colegio a cambio únicamente de cederle a este el almuerzo y dejarse dar un par de collejas de vez en cuando.

Y es que en este país, si hay algo que hacemos bien es atender con pleitesía y reverencias a los extranjeros… a los extranjeros con poderío económico y/o militar, se entiende.

De hecho el caramelo para la población de Morón de la frontera es la creación de puestos de trabajo en una zona con un 30% de paro; una vez más, vendemos nuestra alma al diablo por unas migajas, pero ¿qué se le puede reprochar al desempleado de esta zona que espera con ansia un trabajo del que vivir? Nada evidentemente, y de esto se vale nuestro gobierno, que ha contado en esta ocasión con el beneplácito del PSOE.

Que sí, que en Guantánamo no se respetan los derechos humanos, pero oye, si su presidente, premio Nobel de la Paz, lo permite, por algo será ¿no?

En el siglo XVI, con Felipe II, se decía que en el imperio español nunca se ponía el sol. De eso hace ya mucho tiempo, pero al parecer nuestro ejecutivo aún lleva en su ADN el deseo de hacernos súbditos de un nuevo imperio, el imperio yanqui.

Ya no es suficiente con pertenecer a la OTAN; a los sucesivos gobiernos que hemos tenido en España lo que realmente les ha excitado ha sido ser útiles a EE.UU., porque al fin y al cabo ¿quiénes han sido los buenos en todas las guerras en las que, muy a su pesar por supuesto, se han visto obligados a participar? ¿Quiénes son los adalides de la verdad y la democracia? Y, sobre todo, ¿quienes son los más duros y honestos en las pelis de acción hollywoodienses?

Que sí, que en Guantánamo no se respetan los derechos humanos, pero oye, si su presidente, premio Nobel de la Paz, lo permite, por algo será, ¿no?

Obviamente no. EE.UU. impone su criterio por la vía militar, pasando por encima de la OTAN y de la ONU si es necesario, y detrás de ello no hay más que unos cada vez peor ocultos intereses económicos.
  
Aleccionan moralmente y exigen al resto del mundo la democracia que ellos se saltan ‘a la torera’ cuando lo consideran oportuno aplastando los derechos de quienes se enfrentan a ellos mientras, con un cinismo obsceno, los califican de terroristas (¿Quiénes sino ellos han sido los mayores terroristas a lo largo de la historia?).

Pero lo del gobierno español es digno de estudio. España cede a cualquier petición de EE.UU. pese a que, por ejemplo, estos aún no han dado ninguna explicación por el asesinato del periodista José Couso mientras cubría la guerra de Irak desde el Hotel Palestine. 
       
Los gobiernos que hasta ahora hemos sufrido, quizá merecidamente, los españoles, lejos de resistirse a los encantos de la Coca-Cola y los BigMac, se han plegado a los deseos del imperialismo estadounidense con la docilidad propia de quienes se sienten fascinados por el ‘sueño americano’. ¿Y qué es el ‘sueño americano’ sino ese ‘In God we trust’ insertado en su moneda? ¿Quién es sino el dólar su único Dios verdadero?

La soberanía nacional en España reside en la UE y EE.UU. y los españoles somos objeto de la estafa electoral de limitarnos a elegir a los portavoces en nuestro país de ambos imperios; somos súbditos de dos grandes potencias que nos manejan a su antojo, y me entristece observar cómo nos mantenemos en la autocomplacencia de creernos, así, seguros en manos de los dos matones del mundo. De esta manera nos convertimos en cómplices de sus ‘civilizadas’ atrocidades.


Pero supongo que el loco sigo siendo yo