Actualmente
existen por todo el mundo numerosos partidos que se autodenominan socialistas,
pero defienden políticas tremendamente alejadas de los postulados básicos del
socialismo. Muchas veces se les llama partidos socialdemócratas. Ejemplos de
partidos de ideología socialdemócrata que se hacen llamar socialistas son: el
PSOE en España, el PS en Francia, o el Partido Socialista de Portugal.
No
obstante, no todos los partidos social-demócratas se autodenominan socialistas,
así en partidos como el Partido Socialdemócrata Alemán, la palabra
socialdemócrata es el núcleo central del nombre del partido. Ahora bien ¿Qué es
la socialdemocracia? ¿Cómo se originó? ¿Es lo mismo que el socialismo? ¿Es un
movimiento de Izquierdas o de Derechas? A todo esto trataré de responder a lo
largo de éste texto.
En
el marco de la lucha entre el socialismo y el capitalismo, apareció una nueva
facción dentro de la izquierda, una facción reformista que nace en el seno del,
en aquel entonces, marxista Partido Socialdemócrata Alemán: La socialdemocracia,
cuyo primer teórico es Eduard Bernstein.
Bernstein,
en 1899, publica Las Premisas del Socialismo y las Tareas de la
Socialdemocracia, libro en el que califica de erróneas las premisas de Marx y
Engels y rechaza la revolución como medio para conseguir el socialismo, el cual
debe alcanzarse mediante la reforma y el parlamentarismo. Es evidente que esta
ideología daba la espalda a aspectos fundamentales del marxismo, pero no por
ello era reaccionaria, seguía siendo un pensamiento de izquierdas que ocupaba ahora
la posición de la izquierda reformista y moderada.
Las
tesis de Eduard Bernstein fueron inicialmente rechazadas por el Partido
Socialdemócrata Alemán pero, paulatinamente, sus defensores irían haciéndose
con el control del partido. Esto provocó que el ala marxista, liderada por Rosa
Luxemburg y Karl Liebknecht, se escindiera del partido para formar la Liga
Espartaquista, partido que protagonizaría una revolución en 1919, que fue
duramente reprimida por el gobierno de, nada más y nada menos, que el Partido
Socialdemócrata Alemán. Muchos miembros de la Liga Espartaquista, entre ellos
Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht, fueron asesinados. El SPD frustró una
revolución por el socialismo y contra el capitalismo. La socialdemocracia
comenzaba a mostrar su cara reaccionaria.
Poco
a poco, los socialdemócratas dejaron de hablar de burgueses y proletarios, de
nacionalizaciones… comenzaron a defender el régimen capitalista, intentando
darle un toque más humano: capitalismo, pero con sanidad pública; capitalismo,
pero con negociación colectiva y derecho a huelga; capitalismo; pero con educación
pública…De esta forma esperaban tener el apoyo de la clase trabajadora para la
socialdemocracia y, por tanto, para el capitalismo, evitando así que el
proletariado pudiera tener tentaciones revolucionarias. Así, la
socialdemocracia pasa a defender el capitalismo y a rechazar el socialismo.
Pero
aún había un último brillo izquierdista en la socialdemocracia europea de la
segunda mitad del siglo XX. En Suecia, el primer ministro, Olof Palme, se opone
ferozmente al neoliberalismo de Reagan y Thatcher, luchando por salvar los
últimos restos izquierdistas de la socialdemocracia. Le costó la vida.
Olof
Palme fue asesinado, nadie fue declarado culpable, y en 2011 su asesinato
prescribiría y los culpables quedarían impunes, si bien es posible que alguno
de los autores intelectuales de su asesinato esté ya criando malvas en alguno
de esos verdes y planos cementerios de las películas americanas, enterrado
entre barras y estrellas.
Con
Olof Palme, murieron los últimos restos izquierdistas de la socialdemocracia.
La socialdemocracia, otrora versión reformista del socialismo, se había
convertido en defensora de los intereses del capitalismo: Luchaba contra las
revoluciones socialistas, se oponía a la nacionalización de los sectores
estratégicos de la producción, es más, su programa económico se basaba en la
liberalización de la economía, el libre mercado, y la privatización de las
empresas públicas. Dejó de defender a los trabajadores, y empezó a servir a la
patronal.
Habitualmente
se teñían de centro-izquierda incorporando a su programa medidas sociales que,
dado su modelo económico, sabían que no iban a poder cumplir (Así que ibas a
igualar la pensión mínima al salario mínimo… ¿Verdad, Felipe?; con que el pleno
empleo… ¿No era eso lo que prometías, Zapatero?).
La
socialdemocracia era ya completamente reaccionaria y de derechas. Las
demostraciones más descaradas de este hecho fueron por un lado, la llamada
Agenda 2010, del canciller Schröder, que suponía la implantación de medidas
económicas profundamente capitalistas y la destrucción de los avances sociales
conseguidos por los socialistas y los propios socialdemócratas, y por otro
lado, la actuación de los partidos socialdemócratas europeos (incluyendo
aquellos que tienen la enorme desfachatez de hacerse llamar socialistas)
durante la actual crisis económica, donde rechazan definitivamente el
capitalismo moderado de la escuela neokeynesiana , y buscan la solución en las
posturas del capitalismo radical defendidos por la Escuela de Chicago de Milton
Friedman (quién, por cierto, es el teórico del modelo económico defendido por
gente de la talla del genocida y criminal de guerra George Walker Bush o de los
ultraconservadores Reagan y Thatcher, además de haber sido el asesor económico
del dictador y genocida Augusto Pinochet).
De
esta forma, la socialdemocracia ha dejado de ser en la actualidad una
herramienta útil para conseguir “la completa emancipación de la clase
trabajadora; es decir, la abolición de todas las clases sociales y su
conversión en una sola de trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres,
iguales, honrados e inteligentes.” (programa
máximo del PSOE)
En
definitiva, la ideología socialdemocrata ha dejado de ser una vía útil para
poder alcanzar una sociedad igualitaria, libre y solidaria: una sociedad
SOCIALISTA.
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