martes, 25 de noviembre de 2014

PODEMOS, ¿SOLUCIÓN O TRAMPA?

¿Cómo puede un Régimen que se está desmoronando y pudriendo en corrupción y despotismo, ser con su poderío mediático, el que está promocionando y aupando a los que dicen que le quieren quitar del poder? No sé el lector, pero pienso que es para desconfiar y pensar que se trata de un burdo montaje.

Existen excelentes trabajos  sobre el surgimiento de las mareas de indignados y sus “originales” formas de interpretar el conflicto político-social  imperante por estas tierras, siempre envueltos en turbias y sospechosas teorías “apolíticas” e “interclasistas”, y que a algunos nos daba la impresión de ser algo para nada espontaneo sino partes de algún proyecto siniestro, cosa que parece empezar a confirmarse  con la aparición de la formación de Pablo Iglesias,  Podemos.

Parece como la culminación de una de las etapa de un proyecto para nada halagüeño que se ira configurando y completando en etapas sucesivas.

          Podemos ha llegado, ¿pero quiénes lo trajeron? El capitalismo ha ungido ya a Podemos como su hijo bienamado del momento como paso necesario, y en previsión de ese día en que un hipotético gobierno de Podemos pueda causar desilusión, (que es lo que viene cuando se acaba la “ilusión”), y frustración. Será en ese momento en el que el escenario político esté maduro para otros actores políticos; cuando el discurso social ya no vaya contra una u otra representación concretas, contra partidos determinados, sino contra todo el sistema democrático formal y lo que se demande a voz en grito, sea un caudillo que acabe con todos los políticos y decida por todos. En los tics autoritarios y mesiánicos del macho alfa ya se adivina un futuro más allá de la configuración actual de Podemos.

Creo que esta es una deducción realmente interesante y realista, por eso me he permitido desarrollarla con una visión más extensa personal y directa sobre la intencionalidad de  lo que podría ser, controlado o incontrolado  un presunto “Proyecto Podemos”. Que claro esta no dejara de ser una mera especulación futurista, que aunque esté basada en datos coherentes, siempre existe una frontera entre la teoría y la práctica que se suele traspasar con la praxis.

Es decir con los hechos  contrastados, y por ahora… en eso andamos. El fin último de este artículo es despertar la inquietud y la curiosidad, que debe suplantar a la fe ciega  (que siempre será cosa del oscurantismo religioso), entre los/as  simpatizantes polemistas sobre los entresijos de esta formación, para alejarlos de  la peligrosa adhesión incondicional, basada en su encanto personal  y en sus palabras de oro. Para que, desde parámetros de la crítica constructiva, buceemos en el interior de sus promesas fáciles, contrastando entre lo que se promete  con lo que se puede o no se puede hacer.  Y es importante ver   que la “verdad libertadora” no suele ser tan fácil de reconocer y, cuando es el enemigo el que nos la muestra tan ruidosamente, desde su poder mediático, debemos desconfiar de ella, no vaya a ser una trampa.

¿Sera el presunto “PROYECTO PODEMOS” una realidad para articular una regresión totalitaria  del Régimen?

           En un escenario político totalmente  mediatizado, nunca mejor dicho, dado el enorme poder mediático del Régimen, que controla casi talmente los medios de TV, prensa radio  etc. (Control entendido como medios  afines e incondicionales defensores  del Régimen Monárquico surgido del Franquismo), suena a raro y a hueco el  papel de presunto “opositor radical” de Podemos al propio Régimen. Quiero decir que, ¿Cómo puede un Régimen que se está desmoronando y pudriendo en corrupción y despotismo ser, con su poderío mediatico, el que está promocionando y aupando a los que dicen que le quieren quitar del poder? ¿No sé el lector, pero  pienso que es para desconfiar y pensar que se trata de un burdo montaje “gatopardiano”?

             La teoría de la conspiración cobra enormes visos de credibilidad  conociendo a los agentes implicados  en el plan.  Se trataría de  un proyecto "gatopardiano," sacrificando algunos peones  en el  tablero del Estado para salvar su propia  esencia de  Estado al servicio de la burguesia. Esta  sería la primera etapa del proyecto Podemista caso de conseguir una mayoría en el Congreso y formar gobierno.
           Fase esta  que sería previsiblemente inviable, porque la casta neo franquista que controla el Estado  no  permitiría  el más mínimo retroceso y pérdida de sus poderes y privilegios, basados en la corrupción y el despotismo.

Y aunque Podemos  tuviese la mayoría en las Cortes y el Gobierno , todas sus leyes y reformas  serian inaplicables por tener enfrente a una burocracia estatal corrompida y viciada  que ya dura casi ochenta años de franquismo, primero y neo franquismo después al servicio de las castas de la eterna “España negra y cavernaria” ahora de vocación neoliberal.   Las  crisis institucionales y los sabotajes serian  diarias, lo que haría  inoperante la estabilidad del  gobierno y  la apertura de constantes y  enorme crisis de ingobernabilidad  etc. etc.  Y por supuesto     detrás de todo esto  entraría en escena el  arma principal  y más poderosa del Régimen, el Poder mediático, que engordaría modelaría y dirigiría a su conveniencia el fuego del caos  y la  ingobernabilidad, cosa que daría pie a la segunda fase del  plan del “Proyecto  Podemos”, el golpe.

En Venezuela, tras el triunfo del chavismo está ocurriendo algo similar, es decir la existencia de una burocracia estatal corrompida  durante muchísimas décadas que sabotea y se niega a aplicar los planes progresistas de la revolución Chavista. La ingobernabilidad desde  la burocracia ministerial lo están superando con una especie de burocracia estatal  paralela, compuesta por organizaciones  de masas perfectamente estructuradas y organizadas a través de las llamadas “Misiones”, que abarcan diversos campos de las necesidades sociales, desde la sanidad la educación, la alimentación, la seguridad etc. etc. y fundamentalmente porque tiene al ejercito de su lado, lo que hace que el gobierno funcione, aunque no tan bien como se desearía.

En Venezuela puede ocurrir esto gracias a la impresionante capacidad combativa de las masas de un pueblo trabajador preparado y armado con el Poder Popular de las masas, que ha implementado los poderes de la organización, la concienciación y la determinación  de triunfar, lo que   les hace tremendamente fuertes y poderosos para combatir y enfrentar a la derecha golpista de la burguesía.

Sin embargo, en el Estado español, el panorama de las masas es bastante desolador en cuanto a conciencia y organización, un “gran logro” gracias al Estado y sus eficientes aparatos de manipulación mediática y, también gracias a la desidia y la colaboración necesaria en esas tarea de las llamadas “izquierdas oficiales del Régimen” lo que nos presenta un panorama  gravísimo de indefensión de estas masas ante las embestidas futuras  de manipulación que  el Régimen nos puede preparar.

Y esta  tremenda carencia de concienciación política que sufren  las masas, con los cerebros aletargados de apoliticismo ante las previsibles crisis de gobierno, y de un caos planificado y provocado por la caverna política que controla la totalidad de los órganos del poder y sobre todo  el mediático, creciendo y manipulado mediáticamente la crisis, nunca podríamos esperar de las masas una respuesta en clave solidaria y organizada,  porque no olvidemos, que gracias a su despolitización son presa fácil para la manipulación, y si el poder mediático ya los manipuló como masa no pensante políticamente, alentándolos a considerar a Podemos y a botarlo como fuerza “salvadora”.

Es racional pensar que dada la  poca formación política de estas masas, también serán nuevamente convocadas  a sentir desanimo e irritación ante un panorama de caos e ingobernabilidad  para que asimilen, más aun,  la apatía  la frustración y  el odio a todo lo político sinónimo de corrupción y decadencia. etc., etc.

Y claro el Régimen ya vendría con antelación preparando la figura “salvadora “de un líder preparado para la misión de "salvar a la patria", previo modelado de su imagen como el sumun de honestidad eficiencia etc., lo habitual en estos casos, de márquetin político.

Quizás sería el Propio líder de Podemos, u otro desconocido por ahora, quien sabe, puede ser cualquiera porque suele ser una cara o fachada cuya misión es dar el pego de lider populista. Porque detrás del “líder “el verdadero poder estarían en  las oligarquías hegemónicas de la burguesía local asesoradas por el poder hegemónico del neoliberalismo mundial. Incluso  no sería aventurado pensar que estos poderes hegemónicos hayan escogido el Estado español, como escenario experimental para aplicar el “Proyecto Podemos,” para posteriormente exportarlo a sus  áreas de dominación  e influencia. El llamado “Mundo libre Occidental”.

Y no es descabellado pensar que sea el  Estado español el seleccionado pues  sus peculiaridades  sociológicas e históricas  han conferido a su masa social cierta naturaleza diferenciada a otros pueblos Occidentales en cuanto a su capacidad de ser susceptible de manipulación. Casi ochenta años de control mediático controlado por los franquistas primero y por los neo franquistas después, han dado sus frutos,

A su vez la enorme carencia de organizaciones de izquierda, (tras ser anulada  la llamada “izquierda oficial “como izquierda) que a su vez ha neutralizado todo atisbo de conciencia obrera y de organizaciones  de clase.

 Una   población atolondrada durante  casi cuarenta años aceptando como democracia un burdo transvase de una dictadura, a una Monarquía creada por el dictador para dejar “todo atado y bien atado”, es decir con todos sus Poderes  intactos etc. etc., Y el “Proyecto Podemos “pudiera ser  ya el comienzo del nexo con el  “Nuevo Orden“ mundial vasado en la fantasía totalitaria Orwelliana. Estos factores  hacen del  Estado español el escenario propicio para experimentos de manipulación política.  
                                    
El sagaz lector se habrá percatado del  papel del poder mediático en esta segunda fase, al igual que fue en la primera,  que será determinante para el devenir del “Proyecto” dado la gran  capacidad de “fuego mediático” del que dispone y que no le sería nada difícil modelar estados de ánimos cargados de  desaliento, desengaño y  desprecio hacia todo lo “políticamente” tradicional. El camino hacia un Estado gobernado por unas “elites” competentes, (Fascismo) y apolíticas estaría  conformándose  sin casi enterarnos.

Estaríamos pues en la segunda fase de un escenario propicio para la creación de un estado totalitario, hábilmente  camuflado, claro, con otros nombres más sutiles y adaptados a los “nuevos tiempos.” Pero que si tendrían denominadores comunes de lo que es el fascismo puro, el “apoliticismo”, un líder “Salva patrias”,  o quizás sean una elite colegiada  de “profesionales competentes”  que no serían  “ni de derechas ni de izquierdas” donde se prescindiría de los partidos políticos por ser “inoperantes y un nido de corrupción” y tampoco serían necesarias  las elecciones, ni un  parlamento, ni demás “chorradas" por inservibles. Un fascismo puro y duro estaría servido.

         Pero nosotros  no podemos olvidarnos de que los sujeto principales de esta involución fascista, serían los dos agentes eternos y constantes  de la política y de la lucha de clases; la clase trabajadora, la victima principal, y la oligarquía representando a la burguesa como la causante del "Golpe"  Aunque los  autores de la involución sí que se desgañitaran por ocultar el protagonismo potencial de ambas clases sociales.

Nos hablarán, como siempre de motivos subliminares y del recurrente “por el bien de España”. Y la clase trabajadora a la que se le habría arrebatado todas sus formas de organización, y representación, partidos, sindicatos, publicaciones, derecho a huelga, manifestación, etc., dejándola totalmente desarmada en todos los sentidos, a merced del capricho totalitario de la clase burguesa que tendría el poder absoluto para controlar las  relaciones laborables.

En cuanto a la clase burguesa, que aunque  nos ocultarán  que es la  misma clase  social dominante,  la que ahora está en las riendas del Estado, solo que , ahora sin las  libertades  tradicionales, (por corruptas , nos dirán)  ahora con los cambios  se habrá mejorado sus poderes, pues sus fechorías como clase social  ya  no se podrán ni difundir ni juzgarlas,  pues ya se sabe, lo que no aparece en la televisión , no existe.


Se repitiría la historia del nacimiento de los fascismos europeos, y en esta coyuntura los manipuladores de opinión lo tendrían mucho más fácil  que en aquellos tiempos, pues gracias a las técnicas modernas de ablandar cerebros, estos serían mucho más fáciles de domesticar  que en los años 30 europeos.

lunes, 17 de noviembre de 2014

¡EL 15-M HA MUERTO! ¡VIVA PODEMOS!

En la corta trayectoria recorrida por Podemos, se ha pasado –en mi opinión- de una propuesta de modelo basado en el espíritu que animo al 15-M, y que le hizo aparecer como su expresión política, a un modelo basado en las principales características de los partidos clásicos. Esto ha sido posible en un breve período de tiempo gracias a la consolidación de un hiperliderazgo capaz de hacer aceptar a los seguidores de esta formación esa transformación, mientras mantenía como coartada un discurso cada vez más contradictorio con la realidad, que se imponía en votaciones con un claro carácter plebiscitario, pues detrás de cada decisión lo que realmente se votaba era la continuidad y reforzamiento del liderazgo de Pablo Iglesias.

Del discurso empleado por el grupo promotor (el grupo de politólogos formado en torno a Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero), durante su puesta en escena y durante la campaña electoral europea, parecía que Podemos pretendía ser el instrumento político que le faltó al 15-M, la herramienta capaz de transformar las consignas de las asambleas callejeras del tipo del “No nos representan” y “Lo llaman democracia y no lo es” en un nuevo tipo de organización que, manteniendo el espíritu asambleario, participativo y democratizante del movimiento original, diese la batallaa en la arena política para disputar el poder a la casta. Este término que popularizaron los líderes de Podemos se refería, entre otras cosas, al tipo de políticos, partidos y comportamientos políticos que desde la transición han gobernado España en una continua alternancia entre conservadores y socialdemócratas.

Se trataba, al menos era la impresión que se trasmitía al inicio, no solamente de cambiar las políticas sociales y económicas que se han aplicado durante la crisis contra las clases populares por parte del gobierno Zapatero inicialmente, y del gobierno de Rajoy con posterioridad y mayor profundidad, se trataba, sobretodo, de empoderar a la gente, de transformar esas políticas con un instrumento y un método nuevo; es decir, con una organización diferente de las existentes y con un procedimiento basado en la participación democrática intensiva de las clases populares. Se trataba de todo un reto que despertó el entusiasmo de mucha gente que había participado en las movilizaciones de los últimos años.

El programa que avanzó Podemos para las elecciones europeas no era muy diferente del de Izquierda Unida. La justificación de su nacimiento -y del hecho de que suponía abrir una nueva división en la izquierda- no estaba en el programa, que ya era defendido desde la izquierda por IU u otros partidos, la justificación solo podía sostenerse en los nuevos métodos con los que pretendía actuar. Y esto es precisamente lo que el grupo promotor y el proceso de definición organizativa de Podemos acaban de enterrar. Podemos se está convirtiendo en una versión, y ni siquiera mejorada, del tipo clásico de partido al que tanto ha criticado.

Es necesario documentar las principales etapas de este proceso de cambio llevado a cabo por el grupo promotor. Su base de apoyo social se configuró en torno a la creación de círculos temáticos o territoriales a través de los cuales sus seguidores se organizarían. Su método de participación fundamental se haría a través de la utilización de los modernos medios de comunicación como internet o los servicios de telefonía móvil, en una clara imitación de Beppe Grillo y el Movimiento 5 estrellas italiano. Y el cemento que uniría esa nebulosa heterogénea creada de manera tan rápida iba a ser el hiperliderazgo creado en torno a Pablo Iglesias.

El discurso ultra-democrático, participativo y horizontal del grupo promotor se fue descubriendo como una simple estrategia para encubrir una voluntad decidida de poder. Según se iba consolidando el liderazgo esa voluntad se fue mostrando más abiertamente y el discurso justificativo se fue trasformando. Del método participativo y democrático como justificante, se pasó a la necesidad de vencer en las elecciones, ese fin debería justificar ahora el nuevo modelo organizativo que se ha terminado aceptando para Podemos.

Una democracia para que no sea un simulacro tiene sus reglas: igualdad de oportunidades para todos los participantes, procedimientos claros aceptados previamente, aceptación de resultados, respeto por las minorías, rechazo de chantajes, etc. Si estás reglas son violadas, pueden darse votaciones, pero serán simulacros que puede ir desde el caso extremo de los referéndum plebiscitarios que han utilizado algunas dictaduras -como la franquista sin ir más lejos-, hasta las críticas al funcionamiento de las democracias burguesas por ausencia de igualdad de oportunidades, totalmente distorsionada por la intervención de los grandes poderes económicos o mediáticos.

Y esta violación de las reglas es lo que han venido realizando desde el inicio el grupo promotor de Podemos. El método empleado para elegir a los candidatos a eurodiputados fueron las primarias abiertas a todos los que quisieran participar, pero en medio del período de votación Pablo Iglesias intervino con un artículo desde el periódico Público (Cinco candidat@s para ganar, 29/03/2014) para apoyar a sus candidatos preferidos y condicionar con su liderazgo las preferencias de los seguidores de Podemos. El resultado fue perfecto, cuatro de los cinco candidatos recomendados pasaron a ser eurodiputados, más él mismo; solamente una candidata de Izquierda Anticatalista (IA), Teresa Rodríguez, se les coló al grupo promotor. En cualquier democracia, este tipo de manipulación hubiese levantado una ola de indignación. Pero en Podemos pocos se escandalizaron, el hiperliderazgo empezaba a funcionar.

El siguiente paso, tras el éxito electoral, era definir el modelo de organización, los principios y la estrategia. Inicialmente, el grupo promotor quiso acentuar la diferencia con los partidos existentes y para ello rechazó que la organización que se quería levantar fuese un partido político, de manera que cuando en marzo pasado se inscribió a Podemos como partido, Juan Carlos Monedero llegó a afirmar que “El régimen de 1978 nos obliga a constituirnos como partido político; lo aceptamos, pero sólo como imperativo legal” (Público, 13/03/2014).

Pero no era más que un guiño a los seguidores procedentes del 15-M, en el fondo, como se ha demostrado en las propuestas de Pablo Iglesias -ganadoras en la asamblea fundadora- el modelo que tenían planeado era el de un partido político clásico, incluso más centralizado que muchos de los existentes.

El proceso de definición de los principios, de la estrategia y, sobretodo, el modelo era una cuestión delicada. El grupo promotor quería tener controlado férreamente todo el proceso, especialmente frente a la organización que les podía disputar ese control, Izquierda Anticapitalista, impulsora desde el inicio, junto al grupo promotor, del proyecto de Podemos. Para ello sabían que lo importante, como luego así se demostró, era controlar la convocatoria, reglas y desarrollo de la asamblea fundadora. Propuso entonces la creación de una comisión técnica elegida que pilotase ese proceso. 

Entonces, se produjo una nueva y grave violación de las reglas democráticas. El grupo promotor estableció las reglas para la elección de esta comisión técnica, sería una elección con listas cerradas y sistema mayoritario, con lo que la lista más votada coparía todos los puestos, un método empleado por los partidos mayoritarios y que tanto habían criticado, pero en eso no radicaba lo peor de estas reglas, lo peor es que cuando se hacía la propuesta, el grupo promotor ya tenía confeccionada su lista de 25 miembros, encabezada por Pablo Iglesias, y daba un plazo de seis días para presentar otras listas alternativas, lo que originó que solo pudiese presentarse una, la del círculo de enfermeras. La lista del grupo promotor venció ampliamente. Esta vez sí se expresó un cierto malestar en el interior de Podemos por el procedimiento empleado durante la celebración de la asamblea con representantes de toda España en junio, pero el hiperliderazgo de Pablo Iglesias se consolidaba y el proceso seguía adelante, ahora con el control del mismo mediante la comisión técnica.

El hiperliderazgo y la consigna en alza sobre la necesidad de ganar las elecciones impedían que apareciesen críticas importantes a las violaciones burdas de la democracia, a lo que empezaba a ser un claro comportamiento manipulador orientado a imponer un determinado modelo de partido fuertemente controlado por el grupo promotor. La democracia interna y el espíritu procedente del 15-M principalmente, e IA de manera colateral, eran las víctimas principales de este proceso.

La asamblea celebrada en octubre tenía que elegir el modelo de organización, el político y el ético, y previamente los diferentes círculos o equipos hicieron sus propuestas, negociaron entre ellos y midieron sus apoyos a través de las herramientas telemáticas de que disponían.

Fundamentalmente se fueron configurando dos bloques enfrentados en torno al modelo de partido, el que encabezaba Pablo Iglesias, que también proponía ponencias sobre el modelo ético y el político, y el que encabezaba Pablo Echenique que se centraba en el modelo de organización y apoyaba implícitamente los documentos éticos y políticos del grupo de Pablo Iglesias. Éste defendía un modelo clásico de partido, centralista, y con fuerte liderazgo, el modelo de Echenique concordaba más con el espíritu del 15-M, era mucho más participativo -por eso mismo este último iba recibiendo más apoyos internos conforme se acercaba la asamblea- y planteó a Pablo Iglesias la posibilidad de negociar ambos documentos para presentar uno sincrético y mayoritario.

Llegados a este punto es cuando aparecen más claramente las tendencias manipuladoras y autoritarias que se habían expresado previamente por parte del grupo de Pablo Iglesias. Primero, incluyendo en su borrador la prohibición de la doble militancia, con el objeto de marginar completamente a los militantes de Izquierda Anticapitalista de los órganos de dirección de Podemos. Segundo, rechazando tajantemente cualquier posibilidad de consenso y negociación con los otros borradores, volviendo a apostar por el método mayoritario en que el ganador se lleva todo y los perdedores quedan marginados. Tercero, utilizando el chantaje frente a los seguidores y anunciando que si su propuesta era derrotada el no seguiría como líder y pidiendo, además, a los que fuesen derrotados que se echasen a un lado y renunciasen a los órganos de dirección, se trataba de un expediente extremo ante el apoyo existente al borrador de Echenique. Cuarto, cambiando las reglas de votación después de la asamblea, anunciando la comisión técnica que aceptaba la demanda del equipo de Pablo Iglesias de que las tres ponencias deberían votarse en bloque y no por separado.

En estas condiciones el resultado quedaba sentenciado y las propuestas del equipo de Pablo Iglesias fueron apoyadas de manera mayoritaria. Lo que no está claro es si el resultado encierra un voto de protesta contenido en la abstención. Durante la semana siguiente al final de la asamblea, en la que se votaron las propuestas, se inscribieron 85.000 personas más en Podemos, y del censo final de 205.750 inscritos finalmente votó solo el 54%. ¿Por qué ante unas decisiones tan importantes y con unos seguidores tan motivados un 46% se abstuvo? ¿Corresponden esos abstencionistas con los sectores más críticos que habían tomado clara conciencia de lo que estaba pasando en Podemos?

Para terminar no podemos sustraernos a la tentación de realizar dos analogías históricas muy ilustrativas. La primera con el PSOE y la segunda con Los Verdes alemanes. En el 28 congreso del PSOE, celebrado en 1979, el líder del partido, Felipe González, planteó la necesidad de que se renunciase al marxismo como una condición para poder ganar las elecciones (como hoy Podemos rechaza definirse de izquierdas por los mismos motivos), pero el congreso se posicionó a favor de mantener el marxismo como seña de identidad y Felipe González dimitió. El partido no pudo soportar la ausencia del líder, convocó un congreso extraordinario ese mismo año, renuncio al marxismo como seña de identidad y Felipe volvió a ser secretario general. En 1982 el PSOE ganó las elecciones por mayoría absoluta. Hoy Podemos le considera un partido de la casta.

Los Verdes alemanes nacieron con un fuerte componente de partido antisistema y se vanagloriaba de ser un partido diferente de los existentes en las democracias burguesas, rechazaban los liderazgos y practicaban la horizontalidad y la democracia directa. En los años 80, con algunos éxitos electorales a sus espaldas, se enfrentaron dos tendencias, los fundis, que defendían las señas de identidad originales del partido, y los realos, que querían introducir modificaciones en el funcionamiento interno, la estrategia y el programa para poder tener más peso electoral y llegar al gobierno. Ganaron los realos, los verdes pactaron y entraron en gobiernos primero con la socialdemocracia y luego con los conservadores. Actualmente es un partido más del establishment alemán. Hoy aquél debate entre realos y fundis parece haberse reencarnado en el debate entre las propuestas del equipo de Pablo Iglesias y las del equipo de Pablo Echenique.

Los perdedores en la asamblea fundadora de Podemos han definido claramente el sentido de la votación cuando Teresa Rodríguez ha declarado "Entendemos que una amplia mayoría de personas cree que lo que necesitamos de cara al ciclo electoral que nos espera es una organización, muy centralizada, alrededor de un fuerte liderazgo" (Público, 27/10/2014). Lo mismo que dijeron el PSOE en el 79 y Los Verdes alemanes en los 80.


Podemos ha enterrado el 15-M, ¿conseguirá mantenerse su espíritu en las nuevas candidaturas municipalistas que como la de Guanyem Barcelona están surgiendo por todo el estado español? ¿conseguirán estas nuevas experiencias organizadoras corregir las tendencias plebiscitarias y al hiperliderazgo y el centralismo instaladas en Podemos?