domingo, 17 de noviembre de 2013

LA CONFERENCIA POLÍTICA DEL P.S.O.E.

El pasado fin de semana se ha celebrado en Madrid la esperada Conferencia del PSOE, aplazada durante meses, y cuya preparación no auguraba nada especialmente bueno, debido a  importantes déficits democráticos, tales como la afirmación contenida en la Presentación de la Ponencia de Base de que “La CP no elabora el Programa Electoral”; el procedimiento de elección de Delegados (en su mayoría designados por las direcciones Regionales/Federales  del PSOE); o la valoración de Enmiendas: mismo valor de las enmiendas personales que de las Organizaciones. Finalmente, la altísima participación de miles de afiliados y militantes ha confirmado las grandes expectativas que la CP había despertado.

Sin embargo, conviene hacer algunas reflexiones sobre el debate,  en el que, con algunos matices progresistas y atisbos de reformas positivas, en el fondo observamos que la línea política se ha quedado al borde de la socialdemocracia pero sin ni siquiera profundizar lo suficiente. Además ha dejado abiertos y sin resolver grandes temas que sin duda serán decisivos en el inmediato futuro, tales como quienes serán las personas que liderarán este nuevo Proyecto y cual será la “herramienta” o modelo de Partido transformador (no sólo electoralista) que se derive de un Próximo Congreso.

A mi entender, ha faltado algo más de sintonía con los trabajadores  para concretar mejor las líneas políticas y las alternativas. Baste con dar unas pinceladas sobre lo ocurrido en la clausura, cuando se mencionó el posicionamiento del partido sobre la República, que fue interrumpido y aplaudido con entusiasmo por los asistentes, pero luego, a renglón seguido, se plantea un apoyo a la Corona, lo cual es una contradicción intolerable, aunque el sector más de derechas respiró más tranquilo. Uno de esos representantes destacados, Pepe Bono, desautoriza a las bases al declarar entre otras lindezas,  que “prefiere entenderse con el PP que con Cayo Lara” desmarcándose de lo que él entiende que es un “giro a la izquierda”.

También otras posiciones aprobadas es necesario que se clarifiquen y concreten en los próximos debates congresuales, como la Laicidad, el Federalismo, las primarias, las listas abiertas,  un profundo análisis de clase, con autocritica y rectificación que posibilite la necesaria catarsis que los votantes esperan;   la defensa de lo Público, la incompatibilidad de cargos, la lucha contra la corrupción,  la Reforma Fiscal, etc… que han quedado esbozadas con poca claridad en esa ambigüedad calculada.  Invito a todas y todos los ciudadanos a que lean,  los que así lo deseen,  las resoluciones aprobadas e incluso las enmiendas de izquierdas que han quedado por el camino,  que la podrán encontrar en las páginas web del partido.
Pero sobre todo ha faltado una autocrítica seria y en profundidad, con propuestas claras para enmendar los errores. Por ejemplo, nadie ha hablado del, a mi entender, mayor error del Gobierno de Zapatero: la reforma del artículo 135 de la Constitución que consagra el límite de déficit y la sacralización del pago de la deuda pública, anteponiéndola a cualquier otra consideración. Se dice que se “blindará” el reconocimiento al derecho a la educación y a la atención sanitaria, pero esto no será posible mientras se mantenga la absoluta priorización del pago de la deuda.

Cuando los dirigentes de la izquierda aceptan el capitalismo como el único modelo posible, se quedan sin poder ofrecer una alternativa realmente de clase, auténticamente socialista. También ha venido ocurriendo eso en los aspectos sindicales, en las mesas de negociaciones los empresarios y la burguesía en su conjunto no encuentran contrapartidas claras a su discurso en bases al reformismo, porque el capitalismo ya no admite reformas, solo quieren contra-reformas que debilitan las condiciones de vida de las masas trabajadoras.  Se llega a la falsa conclusión de que únicamente es posible mantener derechos sociales y crear empleo si antes el empresario tiene beneficios. Y si en la izquierda asumimos esa lógica falsa y terrible del capitalismo, fracasaremos cada vez más. 

Una vez más se ha perdido la oportunidad para un verdadero giro a la izquierda; una oportunidad para superar el social-liberalismo  y avanzar decididamente hacia el auténtico socialismo. No obstante, es indudable que se han dado pasos importantes en la dirección adecuada, por tanto, habremos de esperar al próximo Congreso y continuar aportando propuestas, porque en momentos tan cruciales a los que nos enfrentamos, el partido tendrá que optar. Y como decía Pablo Iglesias, “o con los unos o con los otros”: o bien cede a las presiones de la burguesía e intenta un pacto de Concentración Nacional después de las próximas elecciones (donde nadie sacará mayorías absolutas), pactando con la derecha del PP, o de CiU-PNV, y aplica una política de recortes sociales,  lo que sería muy peligroso porque  representa seguir quitando dinero del bolsillo de los trabajadores para restaurar la tasa de ganancias del capital y dar una salida capitalista; o bien, basándose en la fuerza de la mayoría que es la clase trabajadora, plantear una alianza de un Frente de Izquierdas, encabezando una coalición con I.U. y los sindicatos, así como con otras fuerzas que quieran participar en la defensa clara de un programa auténticamente socialista que beneficie a la clase a la que el partido se debe, a los trabajadores y a las capas más desfavorecidas de la sociedad.
          Si el partido no toma decididamente la opción correcta de defensa a ultranza de los trabajadores, en un futuro próximo corre el riesgo de verse barrido por el huracán de la historia, porque una vez más, desmintiendo a todos los agoreros que han venido pregonando el fin de la historia y la desaparición de la clase obrera como clase en sí y clase para sí (la entierran sobre el papel una y otra vez, de acuerdo con sus deseos, pero  prematuramente), el espíritu de lucha y sacrificio de las masas resurgirá de sus cenizas como el ave Fénix, y todos esos oportunistas, trepas, acólitos serviles y corruptos del gran capital se verán sorprendidos.   

Es preciso continuar luchando por esa nueva sociedad de personas  “libres, justas, iguales, honradas e inteligentes”, como defendía Pablo Iglesias y los fundadores del PSOE,  basada en una economía socializada y planificada, una nueva sociedad por la que un puñado de trabajadores empezaron a luchar hace tiempo y que debe seguir siendo la aspiración natural de cualquiera que se considere digno de pertenecer al género humano y que honestamente quiera avanzar hacia la superación de esta sociedad de clases mediante la construcción de un nuevo modelo de sociedad, basado en la democracia obrera y el SOCIALISMO.