sábado, 29 de septiembre de 2012

¡¡SOCORRO!! NOS QUIEREN RESCATAR

           
            Es increíble el enorme interés que Europa entera tiene en rescatar a España. Nos quieren tanto, que no permitirán que nos hundamos: nos quieren rescatar. Pero, ¿a quién quieren rescatar? ¿A los ciudadanos españoles? No parece ser ese su interés a tenor de las consecuencias que los rescates han tenido para los ciudadanos griegos, portugueses o irlandeses. Más bien quieren rescatar a la oligarquía financiera española y, ante todo a sus propias oligarquías. En definitiva es el eterno interés de la maquinaria  de la deuda para conseguir convertir a las naciones en fábricas de crear riqueza para los prestamistas internacionales.
            Desde que la crisis se inició en 2007, la población española ha estado sometida a toda una serie de políticas públicas que han significado un gran recorte de sus derechos laborales y sociales, que han afectado de una manera muy notable al bienestar social y a la calidad de vida de las clases populares. Hemos visto durante estos años de crisis la congelación y pérdida de la capacidad adquisitiva de las pensiones, el retraso de la edad de jubilación, la reducción del gasto público en las transferencias y servicios del Estado del bienestar (con recortes muy acentuados de la sanidad pública, de la educación pública, de los fondos y servicios a las personas con dependencia, de las escuelas de infancia -erróneamente definidas como guarderías o “casitas de niños”-, de los fondos para la prevención de la pobreza y de la exclusión social, de los servicios sociales, de las viviendas sociales, del nivel de cobertura de los seguros de desempleo y de las ayudas a la integración de los inmigrantes). Y hemos sufrido las reformas del mercado laboral, que se han llevado a cabo con el objetivo de reducir los salarios y la capacidad de negociación de los trabajadores. Y a todas esas medidas se han añadido la reducción del empleo público y de los salarios de tales empleados públicos.
                      Pues bien, hoy día sabemos a ciencia cierta que todas estas intervenciones han empobrecido todavía más al conjunto de la clases trabajadoras y que, lejos de haber hecho germinar los “brotes verdes” que las justificaron, han llevado a nuestra economía a una situación mucho peor y más cercana a la depresión.
            
            En España, la crisis y  la indecente austeridad presupuestaria han creado un ejército de cinco millones de desempleados (24%) y destruido más de 200.000 empresas. Eso implica una severa reducción de ingresos en arcas públicas, a la que hay que sumar 80.000 millones de euros de impuestos anuales evadidos. Ante esta situación, al gobierno del Partido Popular solo se le ocurre aumenta el IVA (arruinando al sector de la cultura y pequeño comercio), decretar una amnistía fiscal para los defraudadores y estudia rebajar las pensiones y pedir ayuda al Fondo de Estabilidad Europeo. Pero para conceder ese rescate (que es préstamo y no graciosa donación), la Unión Europea exige que se rebaje la ayuda a desempleados, el gasto en pensiones y los presupuestos en sanidad y educación. Violaciones de derechos exigidas por la troika (maquilladas como “condiciones presupuestarias”) que agravarán aún más la situación de la ciudadanía que, en el segundo trimestre de 2012, vio reducidos sus salarios casi un 4%; casi un 8% menos en nueve meses.

            
             No obstante, y en oposición con el discurso dominante, no son los gastos públicos los que han hecho que incrementara la deuda del Estado español. Al contrario, han sido medidas que disminuían los ingresos , (cuyo beneficio para el conjunto de la población es más que dudoso), las que han provocado los déficits que han obligado un endeudamiento cada vez mayor. Por ejemplo, la baja de impuestos sobre sucesiones y donaciones, sobre el tramo superior del IRPF, y la supresión del impuesto sobre el patrimonio han beneficiado a los más ricos, cuyo patrimonio ha sido también protegido por el fraude fiscal, la bajada de impuestos sobre sociedades y las SICAV, como premio a su avidez y descontrol.
           
             Por lo tanto, la lógica neoliberal imperante es de hacer pagar al conjunto de la población las ventajas económicas conseguidas por un pequeño número de personas adineradas a través de la deuda. Pero no resulta fácil conocer la proporción exacta del presupuesto dedicado a pagar la deuda. Esto se debe a una voluntad política deliberada de esconder estas cuestiones a la población, facilitada por el carácter peculiar del endeudamiento de los estados, muy diferente al entendimiento general de los préstamos a particulares o empresas. Para estos préstamos, el dinero prestado (llamado capital), así como los intereses, se reembolsan conjuntamente a lo largo del tiempo acordado. En el caso de un estado, solo los intereses de los préstamos (llamados letras, bonos u obligaciones del Estado, según sean a corto, medio o largo plazo) se van reembolsando a lo largo de su duración, mientras que el capital se debe devolver de golpe cuando acaba (vence) el préstamo. Por esta razón, el funcionamiento habitual de los Estados es de endeudarse más para pagar los vencimientos de las antiguas deudas, permitiendo a los estados esconder estos gastos, ya que se equilibran a nivel presupuestario: los gastos por pago de vencimientos equivalen a los ingresos por emisión de deuda nueva. No obstante, aumentando la deuda por el déficit resultando de una mala gestión presupuestaria, se incrementa cada vez más el pago, que a su vez necesita cada vez más emisiones. Además, esta nueva deuda puede ser emitida en condiciones diferentes, por ejemplo con tasas de interés más altas (lo que ha estado ocurriendo últimamente), que desembocan en el clásico efecto bola de nieve (aumento de la deuda por el efecto combinado de altas tasas de interés y nuevos préstamos para pagar endeudamientos anteriores).
           
           El estudio minucioso de los presupuestos generales del estado (accesibles a través de la página web del Ministerio de Economía y Hacienda) permite averiguar la cantidad de dinero gastada por el Estado español a título de reembolso de capital durante los últimos años (ver tabla). Por ejemplo, el reembolso de capital para el año 2010 es comparable al presupuesto total del Estado para ese año. Si sumamos intereses y capital reembolsados últimamente, vemos que entre 2000 y 2010, el Estado español ha reembolsado más de 3 veces lo que debía en 2000, y sigue debiendo casi el doble. Esta tabla también permite ver como los intereses y el capital reembolsados así como la deuda total no han parado de aumentar desde el año 2000, y con la actual especulación sobre la deuda del Estado español, esta tendencia no va a cambiar.


            Pero el asunto es aún peor si tenemos en cuenta la deuda total española que asciende a la escalofriante cifra de 4.300.000.000.000 (4 billones trescientos mil millones de Euros) que se descompone de la siguiente manera:

Deuda Pública (Estado Central, autonómico y municipal)             813.000.000.000 €
Deuda Empresas no financiaras                                                  1,300.000.000.000 €
Deuda Bancaria                                                                          1.400.000.000.000 €
Deuda de las Familias                                                                   850.000.000.000 €
           
            Es decir, que cada español, sea cual sea su edad debe al día de hoy 93.478 Euros.
           
            Sin embargo, el P.I.B. español (lo que la economía española produce en un año) es de 1.060.000 € y con tendencia a la baja como consecuencia de la recesión que arroja (y continuará haciéndolo) unos crecimientos anuales negativos.
           

            Si tenemos en cuenta que el Presupuesto total del Estado es de 311,825 millones de Euros y que el pago del servicio de la deuda para el 2013 supera los 200.000 millones de Euros, queda claro que si se quiere mantener el funcionamiento del Estado y además pagar el servicio de la deuda (como nos obliga la criminal reforma constitucional pactada entre el PSOE y el PP), no habrá más remedio que continuar recurriendo a un cada vez mayor endeudamiento.
            
          Además, España necesitaría dedicar el equivalente de su P.I.B. de los 4 próximos años (sin atender a ninguna otra necesidad el Estado) para poder pagar tan monstruosa deuda, y ello sin tener en cuenta la astronómica cifra de incremento de los intereses correspondientes.
           
            De todo esto no cabe deducir más que España no puede pagar de ninguna manera la actual deuda. Haga lo que haga.
           
             Por eso, la reforma constitucional que nos obliga a pagar en primer lugar a nuestros acreedores constituye, moralmente, un delito de alta traición al pueblo español.
            
            Parece totalmente injusto ahorrar sobre los servicios públicos como educación y sanidad para reembolsar una deuda con el fin de aliviar un déficit que benefició a los más acomodados. Bajo presión popular, el Estado tiene que abrir todas las cuentas públicas de la deuda para que el pueblo, apoyado sobre el derecho nacional e internacional, pueda decidir si se debe reembolsar lo que ha sido pagado varias veces y que carece de legitimidad. Así, esta auditoría de la deuda pública española permitiría invertir la transferencia de riqueza operada por el servicio de la deuda en beneficio de los acaudalados tenedores de títulos de deuda hacia la población en su conjunto, para su bienestar.            
       
             En definitiva, hay que denunciar el intento de ocultar la verdadera naturaleza del rescate, que está bien clara en el comunicado del Eurogrupo y en los informes del FMI:
- quieren rescatar a los banqueros despreciando y por encima del bienestar de la inmensa mayoría de las personas.
- se ha acordado ya, y se va a producir materialmente cuando se selle la letra pequeña del acuerdo, un auténtico golpe de Estado, porque a partir de ese momento España ya no estará implícitamente intervenida, como hasta ahora, sino expresa y visiblemente por funcionarios extranjeros que impondrán las líneas de gobierno a las que se habrán de ajustar las políticas económicas: nuevos recortes, privatizaciones y reformas institucionales encaminadas a desarmar de derechos políticos y mecanismos de representación a la ciudadanía.

            Y se puede adelantar que nada de eso servirá para recuperar la actividad económica:
- volverá a perderse empleo y cerrarán nuevas empresas.
- nada garantiza que vuelva a generarse crédito para la economía. y
- no bajará la prima de riesgo y ni siquiera el montante de nuestra deuda, sino todo lo contrario, cabe esperar que siga subiendo porque nada se ha hecho para frenar el impacto de la especulación generalizada en los mercados.

            Lo que sucede en Italia, España, Portugal, Irlanda… me atrevo a pensar que no se puede ya detener (al menos nuestro gobierno no está dispuesto a detenerlo). El shock que están viviendo estas sociedades parece que las hubiera paralizado. Sólo una enorme ola de rebeldía que sacuda y niegue el actual estado de cosas podría desviar el curso de los acontecimientos.

            ¿Hacia dónde? Resulta incierto. Podría provocar un resurgimiento de la extrema derecha, así como llevar al continente al borde de una revolución… cualquiera de las dos posibilidades suena terrible. Mientras, sobre el cielo de Europa, vuelan los cazas rumbo a Medio Oriente.

            La resistencia: no más bancos estafadores, no más gobiernos lacayos, no más guerras coloniales. ¡No más! Desobediencia, desobediencia, desobediencia




sábado, 22 de septiembre de 2012

¿SOBRAN POLÍTICOS O “TERTULIANOS” Y “OPINADORES”?

        
Los españoles creen que los políticos son parte del problema, no de la solución de la crisis. Esa sensación queda patente en todos los sondeos del CIS al menos desde los primeros meses de 2010. Lo malo es que ha arraigado en la ciudadanía la idea de que hay demasiados políticos y que todos ellos forman una élite privilegiada que no sufre los efectos de la crisis. Al calor de esa indignación, se ha extendido un dato tan falso como absurdo: en España hay 445.000 políticos. Lo cierto es que no los hay y nunca los ha habido.
            En los últimos meses, por ejemplo, ha circulado por internet este rumor. La fuente era una página web sensacionalista que, sencillamente, se inventó los datos. En realidad, y según los datos aportados por el Estado, hay un total de 73.500 políticos, incluyendo en esta suma a senadores, diputados provinciales, autonómicos y del congreso, concejales y alcaldes.
            En una información de ABC se da una cifra diferente en el titular: “Un Estado que cuesta medio billón al año y tiene 80.000 políticos para gobernarlo”. El artículo pretende promover la idea de que el Estado autonómico es insostenible al existir estructuras políticas duplicadas que deberían simplificarse para ahorrar dinero. Incluye una infografía que detalla el número de cargos políticos electos: 73.515. El dato procede de la suma de 350 diputados del Congreso, 266 senadores, 1.218 diputados autonómicos, 1.810 consejeros comarcales (en Aragón y Cataluña) 1.409 diputados provinciales y consejeros insulares, y 68.462 alcaldes y concejales.
            La cifra mayor procede del censo de alcaldes y concejales. En las últimas elecciones de 2011, se eligieron 68.462 concejales en 8.116 municipios. 4.731 de esas localidades tienen menos de mil habitantes. ”El 90% de los alcaldes y concejales de España, que gobiernan los más de 7.700 municipios de menos de 20.000 habitantes, no tienen sueldo, no cobran”, según la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Hay que suponer que un número alto de alcaldes y concejales de las ciudades de más de 20.000 habitantes, pero no todos, reciben algún tipo de remuneración. En España hay unos 400 municipios en ese caso.
            Desde luego que estas cifras no agotan el debate, pues de hecho queda pendiente reflexionar acerca de si algunas instituciones deberían reconfigurarse y de si algunos sectores concretos de los políticos (como los alcaldes de grandes municipios o los diputados) tienen remuneraciones excesivas en comparación con el rendimiento ofrecido. Pero lo que está claro es que el populismo de derechas que centra sus críticas en la clase política no está racionalmente justificado, precisamente porque es obvio que los políticos pueden ser culpables de la crisis por la naturaleza de sus decisiones y no por el hecho de ser políticos.
                        
            De hecho, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) la llamada clase política está en las horas más bajas de su historia reciente. Una historia en la que pueden diferenciarse tres etapas. Desde 1991 hasta 1996 sufrió enormes críticas de los españoles, coincidiendo con una percepción muy negativa de la evolución económica. Por el contrario desde 1996 hasta 2005, coincidiendo con la etapa de la burbuja inmobiliaria y una percepción muy positiva de la economía, los políticos estuvieron muy bien valorados. Desde entonces, y paralelamente al desarrollo de la crisis, el apoyo de la clase política ha entrado en una espiral descendente que parece no tener fin. 
            Esto demuestra que los españoles no valoramos a los políticos directamente por sus actos, puesto que de lo contrario no tendría ningún sentido que en el período de mayor corrupción en España –con su burbuja inmobiliaria y la afluencia de ingentes cantidades de dinero que ahora toca devolver– los políticos hayan sido vistos con tan buenos ojos. Al contrario, realmente los españoles valoramos a los políticos de acuerdo con el estado de nuestras propias condiciones de vida. Si vivimos cómodamente, con empleo y bienestar material suficiente, deducimos que los políticos lo están haciendo bien; si vivimos con dificultades, sin trabajo y sin expectativas de futuro, deducimos que la culpa es de los políticos. Y todo ello con independencia de si realmente son corruptos, honrados, privilegiados o humildes.
            Lo que es indudable es la pésima imagen de los políticos. Cuando algunos políticos extienden la idea tan citada de que “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”, los ciudadanos responden que si eso es cierto, ha sido por decisiones tomadas por los políticos para asegurarse la victoria en las elecciones. El origen de la crisis económica no está tanto en el sueldo de los políticos o en la financiación de los partidos, sino en lo que los gobiernos han hecho con los fondos públicos que salen de los contribuyentes.
             Culpar a los políticos, funcionarios o sindicalistas, como elementos visibles y más expuestos a la crítica, es una reacción natural o primaria ante la creciente desesperación. Y sin duda es también fuente de un gran número de votos, a pesar de ser a todas luces una argumentación desprovista de un mínimo de racionalidad. Desgraciadamente hay partidos y organizaciones que explotan este hecho y mantienen un discurso de esta naturaleza con el objetivo de ganar poder y sin que realmente se pretenda resolver el verdadero problema de nuestra economía. Caer en los brazos de ese populismo es errar el disparo y obviar las soluciones que necesitamos, pero es ante dodo, tomar partido por la antipolítica y una peligrosa senda de soluciones impulsivas e irracionales.
         Me viene a la memoria, aquella expresión atribuida a Franco, cuando decía a un colaborador, “Vd. Haga como yo, no se meta en política”.
 

 
            De hecho la frase venia a sintetizar todo el pensamiento fascista Joseantoniano, que inspiró el golpe de estado militar y la consecuente guerra civil que terminó con la democracia en España por un período de 40 años. Para la derecha española, la política democrática es el gran inconveniente, que limita y coarta el mantenimiento del poder real de unos pocos sobre la mayoría.
            Desde el momento en que se recupera la democracia en España y en particular a partir de 1982, cuando el PSOE accede al gobierno, bajo el lema no de ser el gobierno del pueblo, sino que el pueblo sea quien gobierne, se desata una gran campaña mediática de desprestigio a la clase política en general, magnificando los errores, sobre todo los de la izquierda, recuperando la táctica fascista del período autocrático de relacionar política con corrupción. La expresión, “Todos son iguales” cuando un caso de corrupción ve la luz, es altamente significativo de la mala intención de quien mueve los hilos de los medios de comunicación, que muy bien sabe no es un problema generalizado.
            Si es verdad que la corrupción y un exceso de confianza en personas que no lo merecían fue la responsable de la caída del gobierno de Felipe Gonzalez en 1996, casos como los Roldan o el GAL, fueron paradigmáticos en este hecho. Sin embargo, y aquí viene lo más curioso a mi entender, en los siguientes 8 años de Aznarato, cuando la corrupción adquiere carta de naturaleza, dentro de una impresionante burbuja inmobiliaria, y el socialismo reforma sus estructuras para echar a los corruptos de su seno, cuando estalla un nuevo caso, en los medios y en la mentalidad de muchos ciudadanos, se recuerdan los del gobierno socialista anterior, y empieza a sonar la frase. ”Es que todos son iguales”, como una manera de tapar o disimular lo que está pasando.
            Durante el gobierno Zapatero, y quizás por el hecho que los socialistas habían aprendido la amarga lección, pocos son los casos de corrupción en sus filas, y aunque estos, intentan ser magnificados por la derecha en la oposición y sus medios más afines, la reacción del PSOE, expulsando ipso facto a los implicados y colaborando estrechamente con la justicia para el esclarecimiento de los hechos, no consigue neutralizar la mala fama implantada en la mentalidad de los ciudadanos, sobre la clase política en general que, sorprendentemente en el mes de noviembre del pasado año 2011, otorga la mayoría absoluta al Partido Popular, el más enfangado en el pantano de la corrupción en nuestro país.
            Lo curioso es que cuando se generaliza lo malo en la política, quien acaba llevándose el gato al agua es siempre la derecha, cuestión que me sugiere la irresponsabilidad de algunos movimientos de carácter anarquizante, como podría ser el 15M que, con sus mensajes más o menos ambiguos en este sentido, acaban entregando el poder al enemigo que dicen combatir. 

         Los islandeses a los que se pone como modelo de la salida democrática de la crisis, lo primero que hicieron fue hacer saltar por los aires al gobierno derechista que les había conducido al caos, y entregar su confianza a un gobierno de izquierdas. Siguieron manteniendo su confianza en el sistema democrático y en la política. Nuestros vecinos los franceses con su asistencia mayoritaria a las urnas, (más del 80% de participación en las dos vueltas), y la elección de un presidente de izquierdas, son también un ejemplo de confianza en que en la política se encuentra la solución.
            Creo sinceramente en la política y en su capacidad para generar cambios, por eso los jóvenes que participan activamente de la política deben de ser capaces de transmitir al resto de la juventud que la política es el camino necesario por el que ha de transitar un cambio que nuestro país necesita de forma imperiosa.
            Mientras tanto, la sociedad observa con preocupación una situación que ha pasado de ser un drama económico para convertirse en un drama social.
            Pero aquí parece que nos dejamos engañar y nos negamos a ver donde están los verdaderos responsables del desastre. Cuando empiece a oír diatribas, contra los Botin y demás banqueros, contra una Iglesia en extremo favorecida, contra los corruptos que siguen amparados en sus áreas de poder, además de distinguir entre unos y otros políticos, empezaré a ver la salida del túnel de este marasmo donde nos encontramos






 

jueves, 20 de septiembre de 2012

UN SISTEMA ECONÓMICO GANGSTERIL: EL CAPITALISMO NEOLIBERAL


            Según la ONU, el crimen organizado supone el 3,6% del Producto Interior Bruto mundial. Y el blanqueo de dinero de ese crimen por el sistema financiero es el 2,7% del PIB mundial. En 2009, 1 billón seiscientos mil millones de dólares criminales entraron en el sistema financiero para blanquearse. Y se quedaron. Sólo se descubrieron e incautaron algo más de 300 millones de dólares (un 0, 2%). Calderilla. ¿Por qué será?

            La economía criminal global es tráfico de drogas, personas, vida silvestre, órganos y armas; extorsión, fraude y robo. Los gángsters amenazan, extorsionan, prestan con intereses usurarios, recurren a la violencia física, fuerzan o alteran muchas vidas, eliminan competidores, personas molestas o testigos, rechazan toda regla o control… Solo conseguir grandes beneficios. Solo ganar más, siempre y como sea.

            La ONU ha convocado congresos y convenciones para luchar contra el crimen organizado, pero no se avanza. ¿Por qué? Como asegura el magistrado Jean de Maillard, “sistema financiero y criminalidad organizada se refuerzan mutuamente”. Porque quienes forman la economía criminal global hacen muy suyo el dogma neoliberal. Y el capitalismo neoliberal ha hecho posible el crecimiento de la economía criminal global.

            Una progresión criminal de tal volumen que las economías de muchos países (Italia, Rusia, Colombia, México, Perú, Turquía, Birmania, Afganistán, Tailandia, Japón, Taiwán, Honk Kong, Austria, Luxemburgo…) no se comprenden sin las redes criminales actuando en ellas. Claro que la economía criminal existe también porque hay paraísos fiscales, cuentas corrientes secretas, secreto bancario y movimiento de capitales financieros sin control ni reglamentación alguna. ¿Algún gobierno de país rico, FMI, Banco Central o similar ha mostrado interés real en cambiar tal situación?


            En otro orden de cosas, aparentemente diferente, Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, antaño era el encargado de Golden Sachs para vender en Europa productos financieros “Swap”. Por ejemplo. Unos “Swaps” que permitieron maquillar la deuda griega para que Grecia cumpliera (aparentemente) los requisitos para ingresar en la zona euro. Draghi vendía “Swaps” y el gobernador del Banco Central de Grecia, Lucas Papademos, los compraba. Papademos es hoy jefe del gobierno griego, impuesto por FMI, Banco Central Europeo y Comisión Europea. ¿Sorprendente?

            En una secuencia de la película “Cayo Largo” de John Houston, amenaza tormenta en los cayos de Florida, y varias personas permanecen encerradas en un hotel: unos gángsters con su jefe (Johny Rocco), el dueño del hotel, su nuera y un oficial americano que regresa de la Segunda Guerra Mundial. En un momento de tensión, el soldado pregunta a nadie: “¿Qué quiere Rocco?” Y se responde: “Quiere más”. El gángster asiente: “Eso es, quiero más”. El oficial pregunta de nuevo: “¿Alguna vez tendrá Rocco bastante?” Y el gángster no le deja continuar: “Nunca tengo bastante”.


            Banca internacional, fondos de inversión, especuladores financieros todos, FMI, BCE, Comisión Europea… nunca parecen tener bastante. Estrujan a Grecia hasta sacarle la última gota; acogotan a España forzando más recortes; lo mismo con Portugal, Italia… Realmente, nunca tienen bastante.

            ¿Y después?. No reactivación económica, ciertamente. Las consecuencias las conocemos de tiempo. Cientos de miles, sin casa; aumentan el paro y la pobreza en Europa (115 millones de ciudadanos en riesgo de pobreza o exclusión social), millones de familias forzadas a una economía de guerra, aumentan un 40% los suicidios en Grecia…

            Pero no todo es negativo, hombre. El Banco Central Europeo ha donado a la banca europea un billón de euros al 1% en los últimos seis meses.

            ¿Fluye el crédito de nuevo a las empresas y se reactiva la economía? Pues no, porque los bancos compran deuda de los estados y, con la inestimable ayuda de las oscuras agencias de rating, especulan y ganan un 5 o 6% sin hacer nada.

            Si, como el cine negro nos ha mostrado, gangsterismo es buscar y conseguir como sea el mayor beneficio posible, recurriendo a la violencia, soborno, engaño, malas artes, coacción y chantaje; sin reparar en nada para ganar dinero y más dinero; no tener nunca bastante y rechazar de plano cualquier sombra de control o regulación… me da en la nariz que este sistema capitalista neoliberal es bastante gangsteril.

            Y eso sin referirnos a las connivencias del sistema financiero con la economía criminal global, lavando su dinero sucio y otras gentilezas.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Reforman el Código Penal CONTRA el Pueblo

                

           A estas alturas, a ningún español capaz de razonar mínimamente sin prejuicios sectarios, le cabe la menor duda de que el PP no piensa cumplir ni un solo punto del Programa Electoral con que ganó las elecciones, sino que está haciendo y va a seguir haciendo todo lo contrario, consumando con ello la gran estafa política al pueblo español, y en especial a sus propios electores.

            La guerra sin precedentes que el PP ha declarado a la mayoría de la sociedad española (trabajadores y clases medias), amenaza con destruir las condiciones de vida y trabajo, la sanidad, la educación, la vivienda y  los derechos políticos y sociales de los españoles. Ante esta situación, el PP es plenamente consciente de que es completamente inevitable que la clase trabajadora, más temprano o más tarde, responda con potentes movilizaciones de masas contra este estado de cosas, contra esos ataques. Y esta reacción, que cada día ven más próxima, le lleva a plantearse medidas de corte auténticamente totalitario para evitar que el pueblo consiga impedirles su intención de llevar al país a las condiciones de vida y trabajo del siglo XIX.

            El Gobierno sueña con una ciudadanía sumisa. Para conseguirlo ha elegido el camino de la fuerza. Pretende hacer una reforma legal para criminalizar toda protesta cívica ajena a sus intereses. Todo un atentado contra los derechos humanos.
            El PP añora un pasado teñido de grises en el que la imposición del orden era la regla básica de la sociedad. Por ello no dudan en utilizar la coacción física y penitenciaria institucional para infundir el miedo en la población. Rajoy no quiere más protestas sociales que le hagan seguir perdiendo apoyo en los sondeos.

            Además de la persecución mediática y la campaña de desprestigio contra cualquier manifestante que viene haciendo la derecha de este país desde los inicios del movimiento 15M, ahora amenazan con meter en la cárcel a cualquiera que luche por sus derechos.

            Los ministros del Interior, Jorge Fernández Díaz, y de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, pretenden equiparar como delito de atentado contra la autoridad la resistencia activa y ¡pasiva!, y como delito de integración en organización criminal la difusión a través de Internet o las redes sociales de concentraciones que deriven en actos violentos, con una pena mínima de prisión de dos años.

            El Gobierno está intentando asustar y desmovilizar la respuesta social al grave ataque a los derechos conquistados que está sucediendo en España.

            Estamos involucionando como sociedad, dirigiéndonos a un sistema totalitario en el que los derechos y libertades individuales son recortados de facto a la vez que los derechos sociales y económicos se aplastan al ritmo de decretos ley.

            En la práctica, la reforma que pretende llevar a cabo el PP supondría la eliminación de derechos fundamentales de la ciudadanía como la libertad de expresión o de reunión. También será la legalización y la confirmación del apoyo institucional para la brutalidad policial indiscriminada.

            Los hechos no hacen más que confirmar que el sistema democrático español no es más que la expresión de dominación de los poderes económicos, políticos y mediáticos sobre los intereses de la sociedad en general y de los más desfavorecidos en particular. Sólo hay que observar quién paga los platos rotos de la crisis y quién se va de rositas. Desgraciadamente el monopolio de la violencia está en manos equivocadas.

            Ante esta reforma es importante recordar el Artículo 21 de la Constitución Española:
1. Se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas. El ejercicio de este derecho no necesitará autorización previa.
2. En los casos de reuniones en lugares de tránsito público y manifestaciones se dará comunicación previa a la autoridad, que solo podrá prohibirlas cuando existan razones fundadas de alteración del orden público, con peligro para personas o bienes.

            El Estado español debe garantizar que las personas puedan protestar de forma pacífica, difundir información y criticar a los propios gobiernos respecto a la protección o promoción de los derechos humanos.

            Estas reformas atemorizan a la población, y les impulsa a no protestar y aceptar la pérdida de Derechos Fundamentales que se impulsa desde los mercados financieros, con la complicidad de instituciones europeas, españolas e internacionales.

            Aprobar leyes que fueron derogadas hace 50 años no significará mayor seguridad para los españoles, ni siquiera para los que no protestan. Significará aumentar la crispación, la protesta y objeción de conciencia ante los abusos que maltratan a las personas más débiles de nuestra sociedad.

            Sres. Ministros, no apaguen el fuego con gasolina. Las Instituciones están para defender a los ciudadanos ante los poderosos, no para ayudar a los poderosos a quebrar la dignidad de las personas. Si no aceptan argumentos lógicos y razonables, al menos, lean los tratados internacionales ratificados por España, que son vulnerados por su reforma, y en cuyo fundamento  podrá de ser denunciado el Reino de España por Violación de los Derechos Humanos.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Ultimo poema de Víctor Jara


Escrito durante su cautiverio en el Estadio Nacional de Chile
Chile Vive
setiembre 1973
 
Somos cinco mil aquí.
En esta pequeña parte de la ciudad.
Somos cinco mil.
¿Cuántos somos en total
en las ciudades y en todo el país?
Somos aquí diez mil manos
que siembran y hacen andar las fábricas.
¡Cuánta humanidad
con hambre, frío, pánico, dolor,
presión moral, terror y locura!
Seis de los nuestros se perdieron
en el espacio de las estrellas.
Un muerto, un golpeado como jamás creí
se podría golpear a un ser humano.
Los otros cuatro quisieron quitarse todos los temores,
uno saltando al vacío,
otro golpeándose la cabeza contra el muro,
pero todos con la mirada fija de la muerte.
¡Qué espanto causa el rostro del fascismo!
Llevan a cabo sus planes con precisión artera sin importarles nada.
La sangre para ellos son medallas.
La matanza es acto de heroísmo.
¿Es éste el mundo que creaste, Dios mío?
¿Para esto tus siete días de asombro y trabajo?
En estas cuatro murallas sólo existe un número que no progresa.
Que lentamente querrá la muerte.
Pero de pronto me golpea la consciencia
y veo esta marea sin latido
y veo el pulso de las máquinas
y los militares mostrando su rostro de matrona lleno de dulzura.
¿Y Méjico, Cuba, y el mundo?
¡Qué griten esta ignominia!
Somos diez mil manos que no producen.
¿Cuántos somos en toda la patria?
La sangre del Compañero Presidente
golpea más fuerte que bombas y metrallas.
Así golpeará nuestro puño nuevamente.
Canto, que mal me sales
cuando tengo que cantar espanto.
Espanto como el que vivo, como el que muero, espanto.
De verme entre tantos y tantos momentos del infinito
en que el silencio y el grito son las metas de este canto.
Lo que nunca vi, lo que he sentido y lo que siento
hará brotar el momento....


VICTOR JARA MURIO ASESINADO POR EL FASCISMO EL 16 DE SEPTIEMBRE DE 1973



Basado en el relato de Danilo Bartulin, médico personal de Allende
El 10 de septiembre de 1973 recibí una invitación para la exposición “Por la vida. Contra el fascismo”, que debía inaugurarse al día siguiente en la Universidad Técnica. Allí tenía que intervenir Salvador Allende e iba a cantar Víctor Jara.
La víspera vi el enorme afiche de la exposición. Una madre amamantaba a su criatura y la sombra de ambos estaba bañada de sangre. Era un llamamiento silencioso, pero muy expresivo, a defender la vida contra el fascismo. Víctor proponía organizar un viaje de propaganda por el país para alertar al pueblo. La exposición antifascista de la Universidad Técnica tenía que marcar el comienzo de esta acción.
Pero el 11 de septiembre la exposición no se inauguró. Salvador Allende hizo aquel día su último llamamiento al pueblo y no en el Foro Griego de la Universidad, sino en el palacio de La Moneda, rodeado por los golpistas
Los golpistas se apoderaron de todas las fuerzas armadas. Después de la dimisión forzosa de los generales, correligionarios de Carlos Prats, que encabezaban el ejercito de tierra, fueron destituidos de sus cargos el almirante Raúl Montero, comandante de la Marina de Guerra, y José María Sepúlveda, director general del cuerpo de carabineros, que no quería sumarse a los golpistas. En las fuerzas armadas se efectuó una limpia de arriba a abajo. Los fascistas lograron convertir a muchos oficiales en ciegos instrumentos del complot, convenciéndolos de la necesidad de oponerse a la amenaza de exterminio de los cuadros de mando que, como ellos afirmaban, tramaba la Unidad Popular.
El nuevo comandante en jefe, general Pinochet, que en vísperas había jurado fidelidad al presidente Allende, encabezó el golpe. Fascista encubierto con la máscara constitucionalista, Pinochet dio orden de asediar el palacio de La Moneda.
En estas condiciones Allende no se creyó con derecho a llamar al pueblo inerme a la lucha. Quería evitar un derramamiento inútil de sangre, pero decidió aceptar desigual combate en La Moneda. Sabía que con un puñado de los defensores del palacio no podría alcanzar la Víctoria militar. Pero el presidente estaba convencido de que el combate que libraría defendiendo el mandato del pueblo, sería una Víctoria moral y política de la Unidad Popular. No quería ver derrotada la bandera de la revolución, sino dejarla bien alta. El mandatario del pueblo prefirió morir arma en mano antes que capitular frente a los golpistas, estaba seguro que su muerte no sería estéril.

Jamás olvidaré la firmeza con que hablaba Allende por los micrófonos de la emisora comunista Magallanes. Su voz sonaba sobre el estruendo de las explosiones:
-Ante los hechos sólo me cabe decir a los trabajadores: yo no voy a renunciar. Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo.

Hice girar el dial de la radio portátil. Después de los ataques aéreos las emisoras democráticas fueron callando una tras otra. Pero Magallanes seguía resistiendo. Los golpistas no pudieron interrumpir... seguiremos aquí hasta el final... el último discurso de Salvador Allende. Luego escuché la voz familiar del locutor, que dijo: “En cualquier momento nos pueden interrumpir, pero seguiremos aquí hasta el final”. En medio de los cañonazos salió al aire la canción de Sergio Ortega "El pueblo unido", interpretada por Quilapayún. Los que se encontraban en la emisora corearon el estribillo .
Y ahora el pueblo
que se alza en la lucha
con voz de gigante
gritando: ¡Adelante!
¡El pueblo unido
jamás será vencido!
Quienes estaban junto al micrófono sabían que los enemigos abrirían fuego contra ellos. Mi radio emitió un chasquido y una detonación ahogó las voces de los cantantes.
Traté en vano de comunicarme por teléfono con Radio Magallanes cuando cesó de transmitir. Mientras tanto, en el centro de Santiago se levantaba una nube de humo. Los aviones de los golpistas estaban bombardeando el palacio presidencial.
Víctor estuvo en la Universidad, pero no cantó desde el escenario, paseaba con la guitarra entre los estudiantes tratando de animarlos. En torno al edificio el aire se estremecía de las ráfagas de ametralladora.
Ahora voy a ceder la palabra a los testigos de los últimos dias de Víctor Jara. El día del golpe lo vio Cecilia Coll, dirigente de la sección artística del Departamento de cultura e información de la Universidad Técnica. Estas son sus palabras:.
Cecilia Coll: “Víctor alcanzó a llegar a la Universidad cuando los militares golpistas ocupaban las posiciones claves en la capital. Pero la situación todavía era confusa. Víctor pasó por mi oficina y preguntó:
-¿Qué hacemos?
-Vamos a esperar
-¿Qué debo hacer?
-Quedarte aquí. Animar con tus canciones a los estudiantes, académicos y trabajadores.
En espera del posible ataque fue decidido: trasladar a los estudiantes y otros trabajadores de la Universidad a la Escuela de Artes y Oficios. Era un edificio con paredes más resistentes.
Como si fuera ahora veo el rostro de Víctor: llama por [el] teléfono de mi oficina a su esposa Joan.
-Debo quedarme aquí un tiempo. No te preocupes. Espera. Volveré sin falta.
Víctor siempre fue un hombre del deber. Y lo siguió siendo en esta peligrosa situación.
Después sufrí mucho por su muerte. Me sentí de algún modo culpable ante él. No podía perdonarme el no haberlo mandado entonces a su casa. Debí hacerlo. Aunque más tarde los soldados ya emplazaban ametralladoras pesadas en los techos de los edificios cerca de la Universidad, pero hasta el toque de queda todavía era posible salir. Sin embargo, yo pensaba: en la calle lo pueden identificar y matar...”
Por la noche la Universidad fue rodeada por soldados en carros blindados. Toda la noche estuvieron preparándose para el ataque como si tuvieran delante una fortaleza militar. Después del intenso cañoneo, los soldados irrumpieron en el edificio y emprendieron a culatazos con los estudiantes. El camarógrafo Hugo Araya, que había venido a filmar la inauguración de la exposición, se situó con su cámara frente a los “vencedores” triunfantes. Y casi al instante un balazo lo mató. A Víctor junto con otros estudiantes los obligaron a tenderse en el suelo boca abajo.
-Al que se mueva le vuelo la cabeza - gritaban los oficiales.
Durante varias horas los soldados pisoteaban con sus botas a la gente tendida, sin dejar que se levantasen hasta que llegó la orden de trasladar a los “prisioneros” de la Universidad Técnica al Estadio de Chile que, al igual que el Nacional, recibía a los prisioneros cautivos.
Murió en su puesto, con las armas en la mano... - Poco después del golpe contrarrevolucionario fascista en Chile la prensa del mundo entero publicó la [noticia]~ En esta secuencia histórica el “compañero presidente” en el palacio cercado por los golpistas parece un soldado ante el combate, la cabeza tocada con un casco y empuñando la metralleta en la diestra. El rostro del presidente, igual que el de los valientes defensores de La Moneda que lo acompañan, tiene una grave expresión. Salvador Allende murió en su puesto, con las armas en la mano.
Me interesé por el hombre que aparecía en la foto al lado de Allende. Conversando con los chilenos me entere que se trataba del médico particular de Salvador Allende, un tal Danilo Bartulin (nieto de emigrados yugoslavos). El 11 de septiembre de 1973 Bartulin fue testigo de las últimas horas de vida del presidente en el edificio de La Moneda, presa de las llamas.
Por inverosímil que parezca, Danilo se salvó por milagro y emigró de Chile. Me entrevisté con él en Córdoba (Argentina), donde estuve en 1975. Danilo Bartulin me habló del último combate del “compañero presidente”. La conversación ya concluía cuando supe una noticia inesperada. Danilo Bartulin pasó junto con Víctor Jara los últimos días de vida del cantante en el Estadio de Chile.
Ya entrada la noche. Danilo hablaba pausadamente, con esfuerzo. Lo escuchaba sintiendo que un dolor inextinguible me oprimía el corazón. Reproduzco el relato de Danilo Bartulin:
“Cuando me detuvieron, me llevaron al Estadio de Chile. Fue por la tarde del 12 de septiembre. Allí ya había muchos prisioneros. Junto con otros presos nos ordenaron ponernos en fila con las manos en la nuca. De repente un oficial me reconoció:
-Es el médico de Salvador Allende.
El comandante Manrique, un fascista empedernido, se acercó a mí, desabrochó la funda, sacó la pistola y apuntándome a la cabeza dijo:
-Ha llegado tu hora.
Y dirigiéndose a los soldados ordenó:
-Sepárenlo de los demás y déjenmelo a mí.
Me apartaron del grupo y me dieron un empujón que me tiró por la tierra. Vi a un grupo de jóvenes que los soldados iban arreando, apuntándolos con metralletas.
Al comandante le dijeron:
-Son los de la Universidad Técnica.
Los pusieron en fila también. Manrique recorrió la fila y señaló con el dedo a un preso:
-A ese me lo dejan a mí también.
No quería dar crédito a mis ojos. Se trataba de Víctor Jara. Varios soldados se animaron: “Aquí está el cantante Jara...”. Pero el oficial les corto:
-Este señor quiere pasar por otro. Es un líder extremista.
Esa calificación era suficiente para justificar el asesinato.

Poco después a Víctor y a mí nos separaron de otros prisioneros y nos metieron en un pasillo frío. Estuvieron pegándonos desde las siete de la tarde hasta las tres de la madrugada. Nos encontrábamos tumbados en el suelo sin poder movernos. Estábamos aislados de otros presos políticos. A eso de las tres de la madrugada vino un teniente que me invitó a sentarme. Empezó a preguntarme sobre Allende y me tendió un cigarrillo. Fumé. Mientras tanto, Víctor seguía tendido en el suelo. Le entregué la mitad del cigarrillo, puesto que el teniente no quiso dar[le] otro a Víctor.
Casi tres días estuvimos juntos Víctor y yo en el Estadio de Chile. A nosotros casi no nos daban de comer. Engañábamos el hambre con agua. Víctor tenía la cara llena de moretones y un ojo cerrado por la hinchazón.
Conversamos mucho en ese tiempo, Víctor me habló de su familia, de su mujer y sus hijas a quienes quería mucho, de sus espectáculos en el teatro y de las nuevas canciones que soñaba hacer... En el mismo estadio donde nos tenían presos, a Víctor le habían aplaudido cuando ganó el concurso de la Nueva Canción Chilena en el festival.
Víctor se mostraba pesimista respecto a su destino. Pensaba que no saldría de allí. Traté de animarlo. Aunque presentía su próxima muerte, seguía siendo el de siempre. Se portaba con valor, con dignidad, no pedía gracia a sus torturadores...”
Aquí interrumpo el recuerdo de  mi conversación con Danilo Bartulin para completarla con los testimonios de otros ex-prisioneros del Estadio de Chile, a quienes también entrevisté.
Rolando Carrasco, ex-director de la radio sindical Luis Emilio Recabarrén:
“Dos veces vi a Víctor en el Estadio de Chile. Fueron unos encuentros breves. El 13 o 14 de septiembre, por lo visto, por la mañana, pasé cerca del pasillo donde tenían a los prisioneros aislados. Allí estaba Víctor Jara, sentado en una silla de madera, extenuado, con rastros de azotes en la frente y las mejillas. Se sonrió al verme. Nos saludamos. Al día siguiente pasé de nuevo por allí y otra vez nuestras miradas se cruzaron. Nos saludamos. Al igual que el día anterior, su rostro se iluminó con una sonrisa que me reconfortó el alma. ¡Llevaba ya tanto tiempo en este maldito pasillo! De vez en cuando los guardias venian por él y se lo llevaban a no sé dónde.
Ahora era difícil imaginar que todavía el 10 de septiembre estuviéramos bromeando alegremente en la emisora. En los estudios Víctor y yo escuchábamos la grabación de su nueva canción: Marcha de los constructores. El disco tenía que salir pronto. Jara quería que la emisora de la Central Única de Trabajadores fuera la primera en transmitir esta marcha, compuesta a petición de los obreros de la construcción. El 11 de septiembre nuestra emisora fue saqueada por los golpistas al negarse a obedecer a la junta fascista. Al ver a Jara en el estadio, pensé con amargura que seguramente aquella última grabación de Víctor habría sido destruida y el disco no saldría... Víctor estaba reservado y callado, mientras que en mi memoria sonaba la voz del cantante...”
A veces los verdugos dejaban en paz a Víctor Jara y Danilo Bartulin, porque tenían demasiado “trabajo” en el estadio. Después de torturarlo, parecía que se habían olvidado del artista. Fue el propio Víctor que pasó o casualmente lo enviaron con otros prisioneros. He aquí lo que me contó Carlos Orellana, ex-colaborador del Departamento de cultura e información de la Universidad Técnica, que fue detenido junto con Jara:

“Por dentro el Estadio cubierto de Chile estaba iluminado constantemente por los reflectores y no tardamos en perder la noción del día y la noche. Víctor estuvo algún tiempo con nosotros, pero no recuerdo cuando lo sacaron de nuestro grupo. No sé si fue al día siguiente o al tercero de nuestra estancia allí.
“Normalmente en el estadio anunciaban por los altavoces el apellido del prisionero ordenándole presentarse en tal o cual lugar. Pero a Jara lo vino a buscar un soldado. En este momento Víctor estaba sentado entre Boris Navia, jurista de la Universidad, y yo. El soldado se acercó silenciosamente y sin pronunciar una palabra tocó el hombro de Víctor haciéndole señas para que lo siguiera. Tanto yo, como otros prisioneros teníamos la impresion de que los militares no querían decir en voz alta que a Jara se lo llevaban a alguna parte... Cuando el cantante se levantó -seguramente, no pensaba volver sano y salvo-
“Más tarde, ya en el Estadio Nacional durante los primeros interrogatorios, entre las cosas de Boris Navia, encontraron el papel con el poema, lo escondía en un calcetín. El poema denunciaba el fascismo y la dictadura. Los militares creyeron que su autor era Boris y lo apalearon sin piedad. Le quitaron el poema. Pero con la ayuda de los compañeros Boris pudo hacer varias copias a mano del poema. Una de las copias fue a parar a manos de Ernesto Araneda, destacado comunista y ex-senador, que también estaba preso. No sé cómo logró salvar el poema y enviarlo fuera. Después de la muerte del cantante el partido editó en la clandestinidad este poema, que fue rápidamente divulgado y se hizo famoso...
“Por última vez vi a Víctor en el Estadio de Chile, unas horas después de que se lo llevara el soldado. Hubo un momento cuando se podía moverse más o menos libre por las graderías. Se me acercó un estudiante de la Universidad. Había visto a Víctor en un pasillo y en algún momento Víctor le insinuó que quería hablar conmigo. En aquellas terribles condiciones Víctor pensaba en sus compañeros.
Cuando me acerqué al pasillo, Jara pidió al guardia que lo acompañara al baño. Me dirigí allá también. Allí pudimos intercambiar varias frases. Por el rostro ensangrentado de Víctor comprendí que lo torturaban cruelmente. Pero no me llamó para quejarse o pedir algo para él personalmente. A Víctor le parecía sospechoso un “prisionero”, también de la Universidad Técnica que deambulaba por el estadio sin temor, charlaba y hasta bromeaba con los militares. Todo eso parecía muy extraño. Víctor pensó -y tenía razón- que se trataba de un soplón, infiltrado expresamente. Jara creía su deber advertirnos a nosotros, profesores, colaboradores y estudiantes de la Universidad Técnica. En aquellas terribles condiciones Víctor pensaba en sus compañeros. Después de este encuentro no lo volví a ver...”
Más volvamos a la entrevista con Danilo Bartulin.
“El estadio, que daba cabida a cinco mil personas, estaba repleto. Para dominar a los prisioneros, por la noche cegaban con potentes reflectores. Ametralladoras pesadas sobre trípodes apuntaban a las graderías llenas de gente para amedrentar a los prisioneros.
“Pronto empezaron a trasladar urgentemente a los prisioneros al Estadio Nacional donde a los militares les era más fácil controlar la situación. En el último grupo formado para ir al Nacional estábamos Víctor y yo. En total éramos unas cincuenta personas. De pronto apareció el comandante Manrique, recorrió la fila y ordenó salir a Víctor Jara, Litre Quiroga, conocido jurista y comunista, y a mí.
-Llévenlos abajo -dijo.
Abajo nos esperaba la muerte “Yo sabía que ‘abajo’ nos esperaba la muerte. Allí tenían habilitada una cámara, en lo que había sido guardarropa y varios baños. Muchos de nuestros compañeros fueron llevados allí, pero nadie volvió. Una vez que me condujeron al interrogatorio y, al pasar, vi un montón de cadáveres, de cuerpos masacrados y desmembrados. Luego sacaban los cadáveres en camiones y los dejaban tirados en la calle.
“‘Abajo’ nos metieron a Víctor y a mí en un mismo baño. En el baño vecino estaba Litre Quiroga. Víctor y yo comprendimos que no teníamos salvación: éramos los últimos prisioneros del Estadio de Chile. Pero inesperadamente se dio la orden de que yo saliera. Víctor y yo nos despedimos en silencio, con una sola mirada. Me llevaron a un camión blindado con el motor en marcha, me metieron dentro y cerraron la puerta. El camión estaba lleno de prisioneros. Así fui a parar al Estadio Nacional. Sólo estando allí comprendí porqué no me habían dejado con Víctor en la cámara de condenados a muerte. Al verme entre los recién llegados, un coronel de carabineros dijo:
“-Es él. Tiene que decirnos todo lo que sepa de Allende.
“Empezaron constantes interrogatorios y torturas. Querían que hiciera ciertas “confesiones” para desacreditar la vida y la personalidad del presidente popular. Tres veces me hicieron pasar por simulacros de fusilamiento...
“Luego supe que el cuerpo de Víctor había sido descubierto cerca del cementerio Metropolitano y el cadáver de Litre Quiroga, en una calle de Santiago. Naturalmente, los militares mataron aquella misma noche a los dos prisioneros que quedaban en el Estadio de Chile y luego arrojaron sus cuerpos en la ciudad para que pareciera que habían muerto en un tiroteo callejero...”
Danilo Bartulin concluyó su relato y recordó que estando todavía yo en Santiago refugiado en la Embajada de Italia, los secuaces de la junta divulgaron la versión de que el cantante había atacado con metralleta a una patrulla militar y esta, defendiéndose, lo mató.
La única arma de Víctor era la guitarra. A Danilo Bartulin lo torturaron para sonsacarle los datos secretos que podía saber el médico particular del presidente. Pero ¿qué “secretos” podía saber el cantante?... A Víctor lo torturaron y asesinaron porque odiaban sus canciones.
Descansa en paz, Compañero. Tu muerte no fue en vano. ¡Nunca te olvidaremos!